jueves, mayo 22, 2008

KEN WILBER (V)

Quien quiera conocer el pensamiento de Ken Wilber, debe prepararse para una larga travesía. Dadas sus elevadas pretensiones, sin duda sanamente ambiciosas, hay que disponerse de antemano a un esfuerzo mayor. No será como leer el diario, una revista o una novela. Habrá un trabajo largo de lectura y reflexión, donde muchas veces se hará imprescindible un doble o un triple repaso de lo ya visto. El mismo Wilber es consciente de esto y aunque expone todo con suma claridad, recomienda leerlo de una sola vez, sin saltarse nada, dejando la lectura de las abundantes y largas notas para cuando se vuelva a leer el texto principal por segunda vez. En efecto, él mismo, en la Introducción a "Sexo, ecología, espiritualidad. El alma de la evolución." hace dos "sugerencias al lector": 1) "saltarse las notas en la primera lectura" y 2) "leer el libro frase por frase" (Tomo I, p. 11). Otra advertencia útil, se refiere al lenguaje. Wilber escribe muy bien. Es transparente para exponer, pedagógico y hasta repetitivo (lo que, ocasionalmente, molesta un poco a algunos). Aún así, hay que disponerse a conocer una buena cantidad de palabras nuevas, a veces tomadas de otros autores (holón, por ejemplo), o creadas en otros casos por él mismo (falacia pre/trans, o aproximación omnicuadrante/omninivel, por ejemplo). Hago estas mínimas advertencias, porque en estas breves notas no pretendo exponer en detalle el pensamiento de este autor, sino mostrar la "punta del iceberg" para tratar de interesar al lector a buscar sus escritos y penetrar, con esfuerzo propio, su visión integral. Hoy sólo atino a decir que vale la pena.

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domingo, mayo 18, 2008

KEN WILBER (IV) Y LO QUE COMENZÓ CON DESCARTES

En la entrada anterior sobre Wilber aludí a René Descartes. Hoy mencionaré al aspecto que es considerado más fundamental en este famoso filósofo. Nacido el 31 de marzo de 1596, Descartes publicó su "Discurso del método" en 1637. Es su obra más conocida. En ese escrito, que no supera las 60 páginas y que lleva por subtítulo "Para dirigir bien la razón y buscar la verdad en las ciencias", plasmó, en menos de una carilla, el texto más importante del siglo XVII y uno de los más gravitantes en la historia del pensamiento. En cuatro normas sentó las bases del racionalismo y de la ciencia moderna. Merece leerse en sus propias palabras. Dice Descartes: "...en lugar del gran número de preceptos que forman la lógica, creí que tenía bastante con los cuatro siguientes, a condición de que tomase una resolución firme y constante de no dejar de observarlos ni una sola vez:
  • El primero era no admitir jamás como verdadera ninguna cosa que no conociera evidentemente ser tal; es decir: evitar cuidadosamente la precipitación o la prevención y no comprender en mis juicios sino lo que se presentara tan clara y distintamente a mi espíritu que yo no tuviera ninguna ocasión de ponerlo en duda.
  • El segundo, dividir cada una de las dificultades que encontrase en tantas partes como pudiera y fuere necesario para resolverlas mejor.
  • El tercero, dirigir ordenadamente mis pensamientos comenzando por los objetos más sencillos y más fáciles de conocer para subir poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de lo más complejo, y suponiendo asimismo un orden entre los que se procedieran naturalmente unos de otros.
  • Y el último, en hacer en todo enumeración tan completa, y tan generales revisiones, que estuviese seguro de no omitir nada."
Esto fue lo principal en el escrito de Descartes. Con el paso del tiempo estos cuatro principios se convirtieron en las ideas más influyentes del pensamiento humano contemporáneo. Quizá sin tener plena conciencia de ello, abrieron definitivamente la compuerta del racionalismo, que, en gran medida, impera hasta hoy. Quizá también nosotros no comprendamos este impacto, puesto que su contenido lo practicamos a cada rato como si fuera lo más normal hacerlo así. Pero ello se debe a que heredamos esta manera de pensar, incorporándola a nuestro ADN mental, por decirlo de alguna manera. Este método no existía antes de Decartes, sino, tal vez, en la mente de muy pocos pensadores (quizá en Galileo, Copérnico, Santo Tomás de Aquino, San Agustín, Aristóteles, Platón, Sócrates y unos cuantos filósofos más), que lo practicaron en muchos de sus escritos, tal vez sin tener incluso clara conciencia de ello. Descartes, en cambio, capta con su mente esta forma de pensar y de trabajar en la búsqueda de verdades científicas y es capaz, con extraordinario poder de síntesis, de resumirla en las cuatro normas citadas. Ese fue su aporte, ni más, ni menos. Tuvo vastas consecuencias, positivas y negativas, en el futuro de la humanidad. Reconociendo explícitamente sus muchos logros, Ken Wilber, se queja precisamente de uno de los efectos negativos que ha traído la aplicación rigurosa de este método, cuando dice que su enfoque integral (el de Wilber) "es un intento de salir de las perspectivas fragmentadas y parciales tan comunes hoy en día". Si miramos ahora el segundo principio cartesiano que habla de "dividir cada una de las dificultades que encontrase en tantas partes como pudiera y fuere necesario para resolverlas mejor", nos tropezamos con el aspecto que inauguró, más sistemáticamente que hasta entonces, un proceso de fragmentación de todas las cosas, que hoy nos tienen en un callejón que pareciera no tener salida. Volveremos a Wilber próximamente.

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jueves, mayo 15, 2008

KEN WILBER: EL PENSADOR DE LO INTEGRAL (III)

Son muchos los aportes de Wilber al pensamiento actual. Aquí estamos siguiéndole la pista a lo que él considera como visión integral. De nuevo lo dejaremos hablar a él mismo, citando palabras dichas hace pocos meses atrás en MIRIADES 1. Al pedírsele que describa brevemente lo que hace, contesta: "El enfoque integral que desarrollé busca ser lo más comprensivo e inclusivo posible respecto de la realidad. Eso implica una postura comprensiva e inclusiva en relación a toda disciplina humana; incluiría medicina integral, política integral, educación integral, espiritualidad integral, derecho integral, etc. Se basa en múltiples perspectivas y dimensiones de todos los seres humanos. Es intercultural y, en teoría, aplicable a cualquier situación. Es un intento de salir de las perspectivas fragmentadas y parciales tan comunes hoy en día, y suplementarlas con este enfoque más abarcador." El objetivo es, entonces, "salir de las perspectivas fragmentadas y parciales tan comunes hoy en día". En verdad, esas visiones se inician de un modo consistente y sistemático a partir de Decartes. Su breve libro "Discurso del método" revolucionó el pensamiento humano, dando paso al racionalismo. Esa visión pretende ser superada por el enfoque integral. En esencia, ese es el programa de Wilber cuando comienza su trabajo intelectual. Seguiremos poco a poco mostrando aunque sea algunos aspectos de tan estimulante esfuerzo.

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martes, mayo 13, 2008

KEN WILBER: EL PENSADOR DE LO INTEGRAL (2)

Vale la pena darle la palabra a Ken Wilber sobre sí mismo. Para ello, encontré una ilustrativa respuesta suya, hecha a MYRIADES 1. En entrevista publicada en enero de 2008, el interrogador le pidió contar cómo había llegado a su planteamiento sobre lo integral y, en particular, sobre las experiencias vividas de joven que lo habrían marcado para intentar su planteamiento de una filosofía integral. Dijo entonces: "Empecé en el programa médico de la Duke University. La educación más aplicada en la época era la ciencia, el estudio objetivo de la realidad, en busca de datos y verdades objetivas. Medicina era más de lo mismo; trataba con seres humanos, pero sólo como objetos, como organismos observados objetiva y monológicamente. Es, básicamente, un enfoque de lo que podemos llamar mundo chato (flatland). Y de ninguna manera me contestaba las típicas preguntas que inquietan a un joven: cuál es el significado de la vida, por qué estoy aquí; qué es la verdad, lo bueno y la belleza. Ninguna de las materias que cursaba en el college tocaba siquiera remotamente estos interrogantes. Pero en esa época, fines de los sesenta, principio de los setenta, comienzan a llegar conocimientos de ciertas tradiciones orientales a Estados Unidos; y algunas lecturas de taoismo, budismo zen, hinduismo vedanta, y otras, tuvieron un impacto muy profundo en mi vida y en mi visión de las cosas."

Precisando más todavía respondió así:

–¿De qué modo lo afectaron las tradiciones orientales?

"Comencé a notar que el enfoque científico no era equivocado, simplemente parcial; sólo trataba con una parte de las potencialidades humanas. Y a mí me interesaba también la otra parte: lo interno, subjetivo, que incluye a la conciencia y a la espiritualidad. En ningún momento hubiera negado las verdades de la ciencia. Ni tampoco pensé alguna vez que tendría que elegir entre ciencia de lo exterior o el conocimiento interior; desde aquel entonces percibí la necesidad de ambas. Surgió entonces el interrogante: ¿cómo pueden encajar espiritualidad y materialismo? Desde ese momento busco un marco teórico coherente que pueda incluir todas estas perspectivas."

–¿Puede hablarnos de cómo surgen sus primeros escritos?

"Tenía veintitrés años, y me había cambiado de medicina a bioquímica porque quería investigar; hacer algo creativo. Ya había hecho mis estudios de grado, y tenía mi doctorado cursado, sólo me faltaba la investigación final. Estaba estudiando las principales formas de psicoterapia y espiritualidad; los principales modos de cambio humano, que implican llevar a una persona que es infeliz o tiene ansiedad o cualquier problema interno, a que sea feliz, se sane, se sienta liberada. Encontré seis o siete escuelas fundamentales de psicoterapia y práctica espiritual: desde budismo zen a la gestalt, pasando por Jung y los existencialistas. Y a los veintitrés finalmente desarrollé un marco teórico en el cual podían complementarse todas esas corrientes. Así fue que escribí mi primer libro: El espectro de la conciencia. Como bien sugiere el título, la idea es que los seres humanos no están hechos sólo de un nivel de conciencia, respecto del cual hay seis o siete enfoques que sostienen conocerlo negando a los demás. Todos esos enfoques están diciendo la verdad. Porque no son seis o siete enfoques que analizan el mismo nivel de conciencia. “El espectro” se refiere a que los seres humanos tienen un espectro de conciencia con niveles y estructuras. Las diversas perspectivas psicológicas, terapéuticas y espirituales se relacionaron con niveles diferentes. Si lo vemos de este modo, todas pueden estar en lo cierto, cada una trabajando en su propio nivel de conciencia; todas esencialmente correctas, pero parciales. El conocimiento y las experiencias personales relacionadas con esas tradiciones orientales me llevaron hacia esta dirección; especialmente las que trabajan con lo transpersonal, el misticismo, o estados espirituales de conciencia. Particularmente el budismo zen, que es una práctica muy poderosa de iluminación y despertar. La gran pregunta era cómo esa práctica podía relacionarse con el psicoanálisis."
¡Tenía veintitres años cuando escribió su primer libro! Hoy ya son 25 los publicados, desde 1972 hasta este momento. Sus obras se han traducido a 30 idiomas y su influencia crece. Seguiremos viendo aspectos de este autor próximamente.

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jueves, mayo 08, 2008

KEN WILBER: EL PENSADOR DE LO INTEGRAL (1)

Hace bastante tiempo que leo y estudio a Ken Wilber. Es un pensador norteamericano notable, que está revolucionando la manera de ver el mundo. Su crítica al pensamiento moderno y postmoderno es imponente, pues abarca una parte importante de lo aportado por sus trabajos. Como buena crítica, reconoce los muchos aciertos de dicho pensamiento, pero también, no deja de señalar con detalle sus abundantes debilidades y hasta errores. Su obra ya es monumental, con 20 libros y cuantiosos ensayos publicados. El aspecto más interesante, quizá, al menos para mí, sea su idea de "lo integral". Para alguien como el suscrito, que comenzó su formación intelectual leyendo y estudiando "Humanismo Integral" de Jacques Maritain, no podía dejar de considerar esta faceta como la más atractiva. Confieso no estar arrepentido, sino todo lo contrario. Creo que Wilber me ha permitido penetrar en un conjunto de ideas extremadamente clarificadoras y estimulantes. En sucesivas notas breves iré exponiendo algunos aspectos centrales de este pensamiento, centrándome particularmente en este punto. A quienes se interesen por acceder directamente a las ideas de este autor les recomiendo leer "Breve historia de todas las cosas" y "Una teoría de todo". Si desean saber aspectos acerca de su persona y de su vida, "Gracia y Coraje" y "Diario" son los libros indicados, siendo el primero excepcionalmente conmovedor. Todos ellos están publicados por la Editorial Kairós.

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