jueves, noviembre 03, 2011

HOMENAJE A JAIME CASTILLO VELASCO A 8 AÑOS DE SU MUERTE

Una vez más tenemos la oportunidad de recordar a Jaime Castillo y de inspirarnos en las enseñanzas que él nos dejó. Son muchos los aspectos que se pueden comentar, pues estamos ante un ser humano excepcional, que dedicó su vida a causas grandes y, por eso mismo, multifacéticas y exigentes. Por eso, no queda otra alternativa que elegir en esa variedad, quizá arbitrariamente, un hecho que nos parezca relevante y actual. Voy a rendir mi homenaje recordando el rol que jugó en la dictadura en cuanto estratega de la recuperación de la democracia. En 1977, estando en el exilio, Jaime Castillo redactó una propuesta de declaración, titulada "Una patria para todos", cuyo contenido, producto de una profunda reflexión suya y de consultas variadas, discutió y logró el apoyo de la directiva nacional de la DC. Esta estrategia, denominada de "movilización social", fue en definitiva la que derrotó a la dictadura. Se trataba, en la práctica, de impulsar un gran movimiento nacional, que, partiendo de las demandas que los chilenos tuviesen en el sitio de su vida cotidiana, fuera articulándose hasta convertirse en mayoría activa a favor de la reconquista de la democracia. En una primera fase, los partidos políticos, que estaban muy perseguidos y acorralados, no estarían en la vanguardia, pero respaldarían la creciente dinámica que se iría desarrollando. Este camino, claramente inserto en la metodología de lucha política denominada no-violencia-activa, fue, a partir de entonces, consagrado formalmente por la DC y poco a poco fue siendo adoptada por el conjunto de la oposición. Desde la Alianza Democrática hasta la Concertación por la Democracia, pasando por la Asamblea de la civilidad, por las jornadas de protestas y por el Acuerdo Nacional, todos estos pasos se orientaron por la estrategia diseñada por Jaime Castillo en 1977. La culminación de esta larga marcha se produjo el 5 de octubre de 1988 al ser derrotado en las urnas el general Pinochet y al ser elegido Presidente de Chile Patricio Aylwin a fines del año siguiente. El hombre consecuente, que siempre fue, lo llevó a sujetar su actuación en este marco estratégico. Su lucha exitosa por volver a Chile en dos ocasiones en que estuvo exiliado, desde su heroica resistencia inicial hasta su paciente acción ante los tribunales chilenos, con una huelga de hambre en Caracas de por medio, más su actuación en el campo de los derechos humanos en Chile y en el extranjero, fue siempre no violenta, pero firme, decidida, valiente, y, sobre todo, ejemplar. Creo que recordar brevemente esto, es la mejor forma de tenerlo siempre vivo entre nosotros, hoy y siempre. Jaime sigue siendo nuestro gran inspirador y orientador. Una vez más, ¡gracias amigo!

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