sábado, agosto 12, 2006

¿DECADENCIA DE LA DC? REFLEXIONES BREVES Y PRELIMINARES

A raíz del Congreso Programático convocado se vuelve a hablar de este tema y, como siempre, se producen todo tipo de aproximaciones. En esta ocasión, más que mirar al pasado inmediato, quisiera hacer preguntas con la vista hacia adelante: ¿hay futuro para la DC? Más fuerte aún: ¿tiene sentido ser DC hoy?

El asunto no es simple ni banal.

No es simple, porque el escenario o realidad básica donde se engendró y creció la DC ya no existe y el nuevo marco histórico todavía no tiene perfiles completamente claros, tal vez debido a su extrema complejidad.

No es banal, porque muchos compatriotas han apoyado por décadas a la DC y hoy dudan, vacilan y se hacen también estas preguntas.

Se ha hecho mucho caudal de valores perdidos y de luchas implacables entre facciones y caudillos al interior de la DC, y estos factores parecieran, a ratos, emerger como explicación única de una aparente decadencia.

El asunto es, obviamente, más difícil de desentrañar y no se agotará en una reflexión breve como debe ser ésta. Dicho en pocas afirmaciones, a ser vistas como simples hipótesis a trabajar y estudiar, para ver si se sostienen, o no, me atrevo a decir lo siguiente:
  1. La DC no morirá por la ocurrencia de hechos coyunturales y hasta anecdóticos, sino sólo cuando su existencia pierda todo sentido por diversas causas posibles: cumplimiento de todas sus metas; emergencia de fuerzas que ocupen su lugar; agotamiento por falta de savia nueva; etc.
  2. La DC -y esto vale en realidad prácticamente para todos los partidos políticos representados en el parlamento- nació, como ya dije antes, en una situación histórica que cambió radicalmente. Hoy, junto a todos, está en situación de "reconcurso", para ver si califica para enfrentar con éxito los tiempos que vienen. La decisión, en todo caso, descansa en la fuerza de la propuesta y en el apoyo de los ciudadanos. Por esto, el diálogo con ellos es lo más decisivo de todo.
  3. La DC tiene fortalezas y debilidades frente a esta prueba. De su capacidad para potenciar y desarrollar al máximo sus fortalezas, y para aminorar y, ojalá, superar sus debilidades, dependerá su real destino.
  4. Una fortaleza clave reside en la fuente principal de su visión del mundo: la doctrina social cristiana. Una doctrina es más que una ideología, tiene más permanencia, porque sus principios poseen universalidad, trascienden el tiempo y el espacio (ejemplo: la primacía de la persona, el bien común, el principio de subsidiaridad, la función social de la propiedad, son valores y premisas aplicables en cualquier circunstancia; no pierden nunca vigencia). Las ideologías son esencialmente pasajeras. En el cambio de época que estamos viviendo, lo que murió es el conjunto de ideologías de la sociedad industrial. Las fuerzas que descansaron sólo en ellas murieron en la práctica o, cuando persisten, son esqueletos sostenidos en la nostalgia del pasado y en las inercias mentales correspondientes. La DC no tiene por qué tener este problema. Su fuente doctrinal está vigente. Lo que ha muerto (porque ya no son aplicables) son las respuestas que dio en su oportunidad para un mundo que desapareció. Hoy tiene que elaborar nuevas respuestas y esta puede ser la tarea más creativa y fascinante del futuro Congreso de la DC.
  5. Una debilidad reside en la precariedad de su diagnóstico de la etapa histórica que estamos viviendo y, sobre la base inamovible de la doctrina, en la falta de un diseño programático conteniendo las nuevas respuestas aludidas. No se trata de que nada se haya hecho. Hay muchas cosas que se han resuelto correctamente. Pero son pacialidades que no logran ofrecer en conjunto una visión coherente y nueva. El PDC puede favorecer a un sector social, las capas medias, por ejemplo, pero no puede hacer de eso el eje de una gran política. Tiene que ir más allá, diciendo claramente cuál es su proyecto de país, cómo va a sacar de la pobreza y la indigencia a quienes todavía están en ella, cómo va a redistribuir la riqueza, qué esfuerzos especiales le va a exigir a los que tienen más, cómo va a introducir más solidaridad y cómo va a hacer retroceder el excesivo individualismo que atraviesa hoy a toda la sociedad chilena.

En suma, grandes desafíos y tareas. Deberá haber espacio y trabajo para todos, sin exclusión alguna. Es la exigencia de esta hora.

2 Comments:

At 11:07 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me parece que la reflexión politica adolece permanentemente de un desprecio por los mecanismos propios de la actividad y que al final implican un desprecio por la democracia aunque en el discurso se plantea como un reforzamiento o un renacimiento de ella.
Como toda actividad humana, la politica implica la utilización de determinadas pautas y esquemas culturales que le son propios. La politica en sentido pragmatico y no metafisico, requiere de la suma de voluntades individuales para el logro de un fin colectivo, que es el de conseguir una participación mayor de determinado grupo social en el producto total de la dicha sociedad.
Abominar de las tribus internas y de los liderasgos medios implica un desprecio a lo mas esencial de la actividad politica, la honesta y leal lucha por el poder politico.
Cualquier cambio en una situación politica particular debe lograrse mediante la actividad política seria, documentada y efectiva. Los reclamos metafisicos esconden siempre un afan totalitario.
Desconfío de los reclamos por una nueva forma de hacer política. La politica factica es una y tiene su propia lógica y sus mecanismos internos y quien quiera ser efectivo en esta actividad debe reconocerlos, aceptarlos y modificarlos desde su propia lógica para ser efectivo en la consecusión de la utopia particular y colectiva que le ocupa. Lo demas resulta esteril

 
At 12:36 a. m., Blogger Voz and the City said...

FELICITACIONES OTTO
SALUDOS DE VOZ

 

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