miércoles, junio 07, 2006

EDUCACIÓN: LA CRÍTICA A LA ESCUELA (V)

Voy a continuar exponiendo y comentando la crítica de Iván Illich a la escuela actual. En una largo capítulo titulado “¿por qué debemos privar de apoyo oficial a la escuela?”, parte con observaciones penetrantes que abarcan no solamente a la escuela, sino también a otras instituciones de la sociedad que conocemos bastante bien: salud pública, seguridad ciudadana, defensa militar, etc. Me limitaré hoy a la siguiente cita: “Muchos estudiantes, en especial los que son pobres, saben intuitivamente qué hacen por ellos las escuelas. Los adiestran a confundir proceso y sustancia. Una vez que estos dos términos se hacen indistintos, se adopta una nueva lógica: cuanto más tratamiento haya, tanto mejor serán los resultados. Al alumno se le "escolariza" de ese modo para confundir enseñanza con saber, promoción al curso siguiente con educación, diploma con competencia, y fluidez con capacidad para decir algo nuevo. A su imaginación se la "escolariza" para que acepte servicio en vez de valor. Se confunde el tratamiento médico tomándolo por cuidado de la salud, el trabajo social por mejoramiento de la vida comunitaria, la protección policial por tranquilidad, el equilibrio militar por seguridad nacional, la mezquina lucha cotidiana por trabajo productivo. La salud, el saber, la dignidad, la independencia y el quehacer creativo quedan definidos como poco más que el desempeño de las instituciones que afirman servir a estos fines, y su mejoramiento se hace dependiente de la asignación de mayores recursos a la administración de hospitales, escuelas y demás organismos correspondientes.” “En estos ensayos, mostraré que la institucionalización de los valores conduce inevitablemente a la contaminación física, a la polarización social y a la impotencia psicológica: tres dimensiones en un proceso de degradación global y de miseria modernizada. Explicaré cómo este proceso de degradación se acelera cuando unas necesidades no materiales son transformadas en demanda de bienes; cuando a la salud, a la educación, a la movilidad personal, al bienestar o a la cura psicológica se las define como el resultado de servicios o de "tratamientos". Hago esto porque creo que la mayoría de las investigaciones actualmente en curso acerca del futuro tienden a abogar por incrementos aún mayores en la institucionalización de valores y que debemos definir algunas condiciones que permitieran que ocurriese precisamente lo contrario. Precisamos investigaciones sobre el posible uso de la tecnología para crear instituciones que atiendan a la acción recíproca, creativa y autónoma entre personas y a la emergencia de valores que los tecnócratas no puedan controlar sustancialmente. Necesitamos investigación en líneas generales para la futurología actual.
Quiero suscitar la cuestión general acerca de la mutua definición, de la naturaleza del hombre y de la naturaleza de las instituciones modernas, que caracteriza nuestra visión del mundo y nuestro lenguaje. Para hacerlo, he elegido a la escuela como mi paradigma, y por consiguiente trato sólo indirectamente de otros organismos burocráticos del Estado corporativo: la familia consumidora, el partido, el ejército, la iglesia, los medios informativos. Mi análisis del currículum oculto de la escuela debería poner en evidencia que la educación pública se beneficiaría con la desescolarización de la sociedad, tal como la vida familiar, la política, la seguridad, la fe y la comunicación se beneficiarían con un proceso análogo.” Como puede apreciarse, el esfuerzo anunciado por Illich es ambicioso. Debo decir que dedicó parte de su vida a llevarlo a cabo. Como ya dije, quisiera destacar solamente algunos aspectos referidos a la escuela. Cuando advierte, al comenzar, que las escuelas adiestran al alumno a “confundir proceso y sustancia”, este pensador crítico abre una caja de Pandora. Si nos ponemos a pensar en la experiencia que todos hemos vivido, el ejemplo que pone es elocuente: “Al alumno se le "escolariza" de ese modo para confundir enseñanza con saber, promoción al curso siguiente con educación, diploma con competencia, y fluidez con capacidad para decir algo nuevo. A su imaginación se la "escolariza" para que acepte servicio en vez de valor.” ¿No hemos conocido y experimentado esto? ¿No lo hemos sufrido una y otra vez? ¿No lo estamos sufriendo ahora mismo? Manteniéndonos sólo en el tema de la escuela, parece evidente que enseñanza es una cosa y saber, otra diferente; ser promovido de curso no es, necesariamente, prueba de estar siendo educado; tener un diploma no asegura competencia, calidad profesional; y hablar bien no garantiza un buen contenido de lo que se diga. Entretanto, para avanzar de verdad, las sociedades requieren nutrirse de saber, educación, competencia profesional genuina e ideas nuevas. ¿Entrega esto la escuela en la actualidad? En caso negativo, como pareciera ser el caso, ¿podría llegar a proporcionar esto reformándola? ¿O no tiene remedio y hay que eliminarla, reemplazándola por herramientas inéditas, completamente nuevas? Estas interrogantes, que emanan de la crítica de Illich, debieran hacerse ahora en Chile, al momento de comenzar un debate sobre la “calidad de la educación”. Es cierto que nuestra sociedad es masivamente conservadora, lo que podría hacer suponer que los avances van a terminar siendo menores y hasta cosméticos. Sin embargo, así como existen retrocesos en la marcha de las naciones, también se producen a veces aceleraciones históricas inesperadas, cuando se toma conciencia colectiva de fallas graves en lo que se ha estado haciendo. El caso de la educación podría ser uno de ellos. Volviendo a la cita y para terminar, por ahora, ésta subraya con claridad hacia dónde va todo. Illich quiere desnudar la miseria de muchas de nuestras instituciones y llevarnos a una reflexión que tienda a ir al fondo real de los problemas, sin quedarnos, como solemos hacerlo, en la superficie. Por lo pertinente de lo expuesto para el destino de nuestro país seguiré tratando de reflexionar durante un tiempo en torno del pensamiento de este autor. (Recomiendo al lector inquieto visitar la hermosa y completa página web dedicada a Iván Illich, www.ivanillich.org Allí encontrará varios textos de él en castellano, fuente que, huelga decirlo, es la que estoy utilizando.)

2 Comments:

At 2:56 p. m., Blogger Gonzalo Villar Bordones said...

o sea, que no estamos educados, sino que escolarizados?

en vez de abrirnos la ventana del saler, nos metieron con llave a la sala de clases.

 
At 10:44 a. m., Anonymous Anónimo said...

Me parecen interesantes sus valoraciones sobre los planteamientos de Ivan Illich, estoy haciendo 1 tarea sobre las ergumento de Illich, que la escuela no educa para la vida,
y sus comentarios me amplían el panorama.
Saludos.

 

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