lunes, marzo 13, 2006

¡EMOCIÓN!

Por estar agripado debí reposar este fin de semana y, consecuentemente, no pude salir de casa. Esto me dio la oportunidad de seguir por TV lo sucedido en torno al cambio de mando presidencial en Chile. Creo no haberme perdido nada de lo sucedido, especialmente porque, gracias a esa práctica llamada "zapping", gané mucho tiempo, sin ver publicidad, recorriendo la cobertura que daban todos los canales. Leí también la prensa dominguera. Con este conjunto de información visto y leído, concluí algo que ya había sentido en las entrañas: hubo el sábado y el domingo un predominio de la emoción, como quizá no se vivía en el país desde el 5 de octubre de 1988 cuando ganó el NO en el plebiscito.
Efectivamente, empezando con la partida de Ricardo Lagos, que trataba en vano de controlar sus sentimientos frente a una multitud que lo aclamaba y que contagiaba; siguiendo con la llegada de Michelle Bachelet a la Presidencia de Chile y con los pasos que dio en menos de 48 horas; y continuando con todo lo demás, como las declaraciones y actitudes de autoridades salientes y entrantes, a las que deben agregarse las de los visitantes extranjeros, más el entusiasmo desbordante y emocionado del pueblo que salió a participar en la gran fiesta cívica en que se convirtieron estos dos días, todo, absolutamente todo, trasuntaba emoción, que se expresaba en lágrimas, en parte de dolor por los ausentes, pero, sobre todo, de alegría y esperanza por el significado de los hechos históricos que se estaban viviendo. En suma, desde mi casa viví una doble emoción: la de los demás y la mía propia.
Creo que los chilenos estamos viviendo un hecho cultural profundo, que debiera dejar huellas positivas, expresado en las emociones del sábado 11 y el domingo 12 de marzo. Ellas nos hablan de una dimensión de la política que suele no aflorar en el mundo patriarcal en que estamos inmersos, la dimensión de las emociones. En verdad, la política, como toda actividad humana, es siempre una mezcla de razón y de pasión, de reflexión y discusión objetivas, y de sentimientos y emociones más o menos fuertes. Las decisiones políticas se toman en este marco de realidades. Los hechos aludidos hablan por sí solos.

2 Comments:

At 10:31 a. m., Anonymous Anónimo said...

Sr. Boye

Muy interesante su blog, lo leo a menudo y me permito sugerirle incluir un contador de visitas ya que se sorprenderá de la cantidad de gente que entra a esta página.

Podría ayudarle en ello, como también a vicularse con sitios parecidos para propagandear el suyo.

Saludos de cerca...

 
At 12:25 p. m., Blogger Otto Boye said...

Muchas gracias don Ricardo. Su comentario me estimula. Traté una vez de ponerle un contador de visitas, pero fracasé. Soy un poco torpe para eso. Si me ayuda estaré agradecido. Saludos

 

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