lunes, diciembre 14, 2009

ELECCIONES CHILENAS: ¿HABLÓ EL SOBERANO?

La interrogante es justificada, porque el sistema institucional chileno fue ideado para limitar la voluntad del pueblo a estrechos parámetros. Y que lo logra queda a la vista mirando los resultados de la elección parlamentaria, donde la competencia se dio, una vez más, al interior de las coaliciones y no con el adversario de enfrente, como sería lo lógico en una democracia sana. Al respecto, el paradigma de este momento ha sido la disputa entre Joaquín Lavín, figura emblemática de la UDI y de toda la derecha, y Francisco Chauán, un diputado local decidido a desafiarlo y ser él el senador elegido, sin importarle las consecuencias políticas de su conducta. ¿Resultado? Aparte de ganar este último, se dieron "con todo" durante la campaña electoral y, a lo menos en la circunscripción senatorial donde compitieron, dejaron ambos un reguero de tensiones y heridas no fáciles de sanar en el corto plazo. Mirando ahora el conjunto, hay que subrayar algunos hechos interesantes:
  1. Quizá lo más novedoso sea la llegada al parlamento de tres diputados comunistas, con lo que se logró romper la exclusión que sufría el PC chileno desde la recuperación de la democracia. Se encontró el resquicio y resultó bien su aplicación. Punto a favor de todos los que hicieron posible esto. Pero nótese que ahora surgió una nueva exclusión: la de los electores de Marco Enríquez-Ominami, que no pudieron elegir a un solo parlamentario propio, a pesar de ser el 20%.
  2. La DC se recuperó a nivel parlamentario de su ruptura con Adolfo Zaldívar. En diputados subió de 15 a 19, a un escaño de tener los 20 con que llegó al parlamento en diciembre del 2005. Y en senadores su situación mejoró considerablemente, con la llegada de tres figuras jóvenes, dos hombres (los hermanos Patricio e Ignacio Walker) y una mujer (Ximena Rincón) y un "histórico" de la DC, Andrés Zaldívar, que mostró su garra y, merecidamente, recibió un gran respaldo ciudadano.
  3. Los llamados "díscolos" tuvieron un "domingo negro", pues, salvo los casos de Alejandra Sepúlveda, Pedro Araya y uno más, ninguno fue premiado con fuerte apoyo ciudadano. Muchos desaparecerán del escenario político sin pena ni gloria. El caso más patético ya fue mencionado: el de los electores de ME-O. Ellos no consiguieron representación en el parlamento y quedaron, por tanto, excluidos del sistema, a lo menos durante los próximos cuatro años.
  4. El sistema político entero sigue mostrando su extrema rigidez. Fue diseñado en el marco del pensamiento conservador predominante en las décadas de la guerra fría y ahora urge modificarlo profundamente. Una Asamblea Constituyente sería lo indicado, pero nadie ha señalado cómo llegar a ella si más de un tercio del país, el que sostiene la actual Constitución, se opone. En este punto hasta ahora la situación es la siguiente: o se llega a un acuerdo de consenso y el país emerge en paz a una nueva etapa, o seguiremos con el sistema político vigente, mientras las tensiones crecen hasta puntos de extremo peligro que, a la luz de lo sucedido en el pasado, nadie quiere repetir.
La conclusión final: el soberano, por obra del sistema, habló sólo a medias. Por eso, los tiempos que vienen no serán fáciles. Hasta aquí estas primeras reflexiones. Esperaremos el desenlace de la segunda vuelta antes de volver a reflexionar de esta manera. Entretanto, como oboyesoto me pueden encontrar en Twitter prácticamente todos los días.

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