miércoles, diciembre 02, 2009

REPENSARLO TODO

Vivimos tiempos que obligan a repensarlo todo, pues los paradigmas utilizados hasta ahora nos muestran a cada rato su completo fracaso. Los economistas más influyentes en las grandes decisiones no han dado el ancho y repiten cada cierto tiempo las mismas cosas y cada vez con peores resultados. Muchos no abandonan la idea del crecimiento como sinónimo de desarrollo y fetiche intocable. Los partidos políticos, por su parte, siguen anclados en diagnósticos hace tiempo superados, razonando con categorías que hoy no dan cuenta de la enorme complejidad del gran marco contextual de la globalización. Algunos siguen atrapados por las visiones surgidas durante la guerra fría y se niegan a ver que ese esquema se derrumbó con el muro de Berlín, la reunificación de Alemania, el fin de la Unión Soviética y la caída de todos los regímenes comunistas de la Europa del Este. Vendrán nuevos escenarios, pero aquél que dominó desde 1947-1948 a 1989-1990, no volverá. En el campo del pensamiento sigue habiendo una fragmentación que obstaculiza el trabajo de visiones más abarcadoras e integrales. Seguimos demasiado cartesianos o racionalistas, desconociendo otras dimensiones del ser en el proceso del conocer. Predomina un mundo chato y simplista, todavía unidimensional, propio de las últimas etapas de la era industrial. El desafío al cual estamos abocados todos los seres humanos en el planeta consiste en diagnosticar adecuadamente las nuevas realidades y tratar de encontrar soluciones integrales a los grandes problemas que se nos plantean. Sin estos nuevos caminos no habrá soluciones adecuadas, con efectos devastadores. Piénsese, para terminar por ahora, en el calentamiento global. El planeta puede sufrir catástrofes inimaginables si no se llega a un consenso mundial para enfrentarlo y reducirlo. ¡No cabe esperar! Es hora de actuar con inteligencia y corazón.

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