viernes, julio 11, 2008

INGRID BETANCOURT: CAMBIAR EL LENGUAJE (IV)

Entre las muchas cosas que ha dicho Ingrid Betancourt en esta primera semana de libertad, hay una que me ha llamado poderosamente la atención, porque proviene, a todas luces, de una meditación intensa, profunda y, sobre todo, madurada en el dolor: ha instado a cambiar el lenguaje en la acción política, para humanizar su ejercicio. Sus palabras textuales fueron: "Creo que ha llegado la hora de cambiar el lenguaje del radicalismo, del extremismo y del odio, las palabras muy fuertes que causan un daño profundo a un ser humano". Añadió que la tolerancia y el respeto son necesarios. "Llega el momento en el que tienes que hablar con las personas que odias", comentó también, dando a entender que las palabras que se usan deben reflejar una actitud espiritual coherente con lo que se persigue. Hay sabiduría en lo que dice Ingrid Betancourt. En efecto, si el enfrentamiento con las FARC persigue la pacificación del país, el más fuerte debe, con su actitud, reflejar el espíritu de lo que persigue. Le está prohibido, por tanto, utilizar el lenguaje del extremismo, del odio, para no profundizar aún más la fosa que separa a los dos bandos. Después de todo, para llegar a una paz verdadera, deberá persuadir a la sociedad entera de que el camino es la reconciliación y no la confrontación permanente. Es otra vez la perspectiva global la que importa: si es la noviolencia o es la violencia. La primera tiene exigencias espirituales y morales inescapables. Los medios, en este caso las palabras que se usen, marcarán la diferencia. ¡Es un aspecto para pensarlo y actuarlo cuanto antes, en Colombia y en todo el mundo! ¡Gracias Ingrid Betancourt por poner el tema sobre la mesa y por su mensaje lleno de humanismo y generosidad!

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