KEN WILBER: HOLONES (VI)

Uno de los aspectos más fascinantes de la obra de Ken Wilber es su descripción de la realidad. Ella, en su totalidad, según expone una y otra vez, está compuesta siempre de entidades que son totalidades y partes. ¡A la vez! Las denomina holones, idea tomada de Koestler. Un ejemplo de la física: los átomos constituyen una totalidad, pero también forman parte de las moléculas; éstas son totalidades que, a su vez, son parte de las células, las que, a su vez, son parte de los organismos. Y así sucesivamente. Un ejemplo político: un hogar urbano es parte de una población o de un conjunto de vecinos, partes de un gobierno regional, el que es parte del gobierno de un Estado, el que es parte de un continente, de organismos internacionales, etc., etc. Cada realidad o entidad -átomos, moléculas, células, organismos; hogar urbano, población, gobierno regional, gobierno central, etc. etc.- es, antes que nada, un holón. Los holones son el componente de toda la realidad, desde la más elemental hasta la más compleja. La evolución abarca, así, la materia , el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu. Wilber afirma que en cada uno de estos estadios "la evolución va despertando, va tornándose más y más consciente, dándose más y más cuenta, despertando cada vez más a toda la dicha -y también a todo el terror- inherente a la dialéctica del despertar." En su obra más extensa y completa, "Sexo, ecología, espiritualidad. El alma de la evolución", expone 20 principios que rigen la vida o el comportamiento de los holones. Tras su lectura cabe una observación básica: es impresionante la cantidad y calidad de inteligencia incorporada en la evolución universal. Es un dato para no olvidar.