NOS DEJA UN GRAN PERIODISTA

El sábado pasado, al regresar a casa en la tarde, supe la mala noticia: había fallecido el viernes un muy querido amigo, Alejandro Cabrera Ferrada. Era periodista de la vieja guardia, de esos que se formaron practicando este oficio y que, al crearse la primera escuela de periodistas en la Universidad de Chile, había estado entre los profesores fundadores. Dirigió la revista "Ercilla" en los años 60 del siglo XX. En 1968 partió a Bogotá a hacerse cargo de la corresponsalía de la Agencia de Noticias Inter Press Service. Después trabajó en Lima en el Acuerdo de Cartagena (Pacto Andino, hoy Comunidad Andina de Naciones), donde creó la Unidad de Comunicaciones. Más tarde fue contratado por la Corporación Andina de Fomento, la CAF, con sede en Caracas. En todas partes, me consta personalmente, dejó buenos recuerdos. Padre de nueve hijos, el Negro, como le decíamos todos sus amigos, fue un hombre afectuoso y agudo observador de la realidad. Conversar con él fue siempre un ejercicio entretenido y aleccionador. De sus observaciones siempre surgían ángulos nuevos e ideas inteligentes. Aunque echaremos de menos sus aportes, su visión positiva de las cosas, su risa y su gran humor, su recuerdo lo mantendrá siempre vivo y presente entre familiares y amigos. Con su muerte sólo desaparece su existencia física, pero su vida seguirá manifestándose misteriosamente desde esa dimensión que él ya conoce y donde descansa en paz.