martes, diciembre 20, 2005

NUEVOS COMENTARIOS

El tiempo vuela y los candidatos presidenciales trabajan intensamente por ganar adherentes. Mis comentarios a estas alturas son: 1. Nuevo error de Piñera.- Piñera ha cometido nuevamente un error que debería costarle caro: ha descalificado a su rival de un modo que recuerda sus referencias a Evelyn Mathei, que, en su momento, lo sacaron de la contienda presidencial antes de entrar en la recta final. Ahora ya está en ella y vuelve al ataque descalificador. Al frente tiene a una mujer altamente valorada por la ciudadanía, que está a menos de cinco puntos porcentuales de alcanzar el apoyo necesario para ser investida como primera mujer que llega a la Presidencia de la República en toda la historia de Chile. Aquí hay algo que huele a machismo de la peor especie. Creo que este ataque provocará la reacción negativa de muchas mujeres que no votaron por Bachelet en primera vuelta y lo harán, en cambio, el 15 de enero. 2. Problemas de la DC.- La DC ha estado en problemas que mucha gente, casi siempre desde afuera, considera incomprensibles. Se considera un descalabro el resultado electoral. Personalmente diría que debe distinguirse entre el apoyo ciudadano y los cargos obtenidos. En lo primero la DC volvió a crecer: obtuvo casi 200 mil votos más que en las parlamentarias del 2001. Porcentualmente hablando, habiendo partido con un 18,9% en esa ocasión, y subido a 20,7% en las municipales, ahora ha llegado al 21,44%. Eso se llama, en cualquier parte, recuperación. El problema se suscita en la conversión de este apoyo en mandatos. Ahí hubo pérdidas serias que podrían deberse a un manejo torpe de la negociación con los otros partidos de la Concertación, al sistema binominal o, lo que es lo más probable, a ambas cosas a la vez. El análisis debiera focalizarse en torno a este punto para poder arribar a conclusiones que sirvan para la ocasión siguiente. Y en cuanto a las responsabilidades políticas, ellas debieran analizarse en marzo con más calma. Ahora toda la DC debe estar trabajando por Michelle Bachelet. No hay tiempo para profundizar ahora en el problema descrito. 3. Cifras dicen algo, aunque nunca todo en la política.- Aunque los números no pueden ser analizados estáticamente, sin tomar en cuenta los factores políticos y picológicos que siempre existe en una lucha como la librada en el presente, es interesante subrayar que la votación sumada de Piñera y Lavín, que alcanzó a 3.353.035 preferencias, es inferior en 25.976 votos a los obtenidos por el segundo en 1999. Esto pone de relieve la difícil tarea que tiene Piñera por delante. No puede perder un solo voto de Lavín y la UDI, si quiere tener una posibilidad; y eso se ve como muy improbable. Hasta ahora, el derrotado lavinismo no parece muy entusiasmado con Piñera. El propio Lavín y su familia se han tomado un merecido descanso, cosa que no hubiera sucedido jamás si él hubiese ganado el segundo lugar el 11 de Diciembre. Entretanto, el candidato Piñera, para conquistar a los ciudadanos que marcaron su preferencia por Lavín, debe hacer un discurso de derecha neoliberal, que le resta votos por el centro. ¡La cuadratura del círculo! 4. El problema expuesto por Diego Sepúlveda (ver lo expuesto por él en: http://eleccionesenero.blogspot.com).- Diego Sepúlveda ha expuesto un problema real que le afecta y que me toca el alma, porque tengo hijos y nietos que enfrentan estos problemas, no siempre en condiciones óptimas. Creo que su exposición es clara y merece atención de quienquiera llegue a la Presidencia el 15 de enero. Su caso muestra una tarea pendiente, entre las muchas que existen. Hacer de Chile una sociedad justa y, sobre todo, solidaria, es una tarea monumental. Nuestra aporreada patria no es ya un conjunto pequeño de personas. Cuando nací en 1937 la población de Chile, si no me equivoco, estaba por los 5 millones de habitantes. Hoy ya va para los 17 millones. Además, tiene una historia complejísima. Durante la dictadura de Pinochet se impuso un modelo consumista y de masas, con una economía de mercado basada en el lucro y la competencia, que ha estimulado a fondo el individualismo más exacerbado. Pasar a un modelo de economía social y ecológica de mercado es la tarea, basada en la solidaridad y la sustentabilidad medioambiental, pero ello requiere el esfuerzo y la convicción de todos los actores. Y eso no lo veo para nada en un sector, el de la derecha, y tampoco está bien claro en todos los actores de la Concertación. En este contexto es donde me explico estas fallas (¡y muchas más!) que afectan a jóvenes tan meritorios como Diego Sepúlveda. Corregirlas lo antes posible es un deber por el que deberemos luchar ¡"sí o sí"!