miércoles, octubre 05, 2005

¡¡¡NO!!!
Todavía recuerdo con emoción el 5 de octubre de 1988, cuando la ciudadanía se pronunció con claridad por terminar con la dictadura de Pinochet, que pretendía prolongarse a lo menos hasta 1997. El NO fue tan rotundo, que inhibió ciertos conatos tragicómicos, acaecido en la noche de ese largo día en la Moneda, para desconocer el resultado de las urnas. Aunque demasiado tarde para entregar la contabilidad de un acto tan simple, finalmente, en la madrugada del día 6 de octubre supimos, "oficialmente", algo que ya sabíamos hacía varias horas atrás por nuestros propios medios: ¡¡¡el NO había triunfado categóricamente!!! La alegría prometida, si se daba ese resultado, nos invadió a todos los que luchamos por volver a la democracia. Esa madrugada, cansados, pero felices, nos abrazamos con mucha gente en las calles de Viña del Mar. Ya en el día, volvimos a salir a la calle a celebrar y a abrazarnos con la gente. Tuve que partir a Santiago después de almuerzo. Al llegar a la Alameda, aproximadamente a las 17.30, me sumé al río humano que espontáneamente desfilaba, saltaba y bailaba celebrando. Sentí muy vivamente que el hombre libre había salido victorioso y que las grandes alamedas se abrían para retomar su esforzada marcha hacia un país y un mundo mejores. Sentí con gran intensidad que la profecía de Allende, así como la promesa de la venida de la alegría, habían sido formuladas para ese momento. Era obvio que comenzaba una nueva tarea, llena de escollos, en que muchas veces llegaríamos a dudar si esas promesas se habían cumplido. Pero una cosa era cierta: lo esencial de ese momento histórico, lo medular, se había logrado. Lo que ha sucedido a partir de entonces, el balance de lo que hicimos mal, más o menos, o bien, es un esfuerzo que debemos también hacer constantemente. Pero hoy, a 17 años de distancia, creo que debemos alegrarnos de nuevo del triunfo del NO. Gracias a él vimos, por fin, la salida del tunel y pudimos retomar el esfuerzo infinito de contruir un país mejor en democracia y paz.

3 Comments:

At 11:50 p. m., Blogger josé ruiz yañez said...

un buen testimonio, se siente la alegría de haber vivido ese momento. Mis padres siempre lo recuerdan llenos de entusiasmo, yo apenas tenía 1 año.
Ahora m siento con una gran responsabilidad, de pertenecer a la generación que se formó en tiempos de paz. Ojala que no nos conformemos con esta civilización de tranquilidad, por que la llamada es a la civilización del amor.

 
At 1:04 a. m., Blogger Otto Boye said...

José:
Tienes razón. Viví intensamente ese momento. Mi esposa me comentaba hoy que, para ella, durante la batalla por el NO era la última vez que había sentido mística en la acción política. Creo que también ella tiene razón, aunque haya habido todavía muchos momentos altamente emocionantes y significativos, como lo fueron, por ejemplo, las primeras elecciones presidenciales y parlamentarias después de 17 años sin ellas, o el instante preciso en que Pinochet le entregó el mando del país al poder civil, representado en la persona de Patricio Aylwin. Pero se perdió el entusiasmo, la política se hizo trivial, farandulera y light, y los jóvenes se desinteresaron. Pienso que se acerca el momento de volver a empezar. Hay material de sobra. En tu blog escribiste algo sobre esto. ¡Muy bien! Hay que dialogar mucho para ir clarificando las cosas. Muchos de los males de la política que señalas no son necesariamente la regla general. Hay corrupciones y corruptos, pero todavía creo que es un fenómeno minoritario. Conozco muchos políticos honestos. Ya podremos hablar más de esto.

 
At 10:05 a. m., Blogger Luciana said...

Fue una gran fecha, como también lo recordé en el blog, mi primera vez votando y con la suerte de sentir que hacía algo que tenía sentido de verdad.

Un abrazo.

 

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