lunes, julio 21, 2008

RECORDANDO A MARCELA CINCO AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE (II)

Siguieron después los testimonios de tres hermanos de Marcela que no están en Chile: Catalina (sexta de la fila...), Felipe (cuarto) y Alejandro (primero). Aquí van esos testimonio en el orden en que llegaron: TESTIMONIO DE CATALINA: San Pedro de Atacama, 15.07.2008 Marce...
....tu trascendencia ha sido un regalo...tu energía es tan fuerte que poco te he echado de menos...es raro lo que me pasa, no se a que se debe, será que asumo la muerte como lo que creo que es...cambio, vida, evolución, etc...todo es uno y desde este sentir y vivir la vida no te extraño porque nunca te fuiste...sigues siendo tu...parte de todo....todo está en constante cambio y movimiento...son infinitas las dimensiones.....todos los caminitos llegan a lo mismo.....la muerte es cambio en todo sentido, te desapegaste de tu cuerpo, ya no te sirve...ya se transformó en cenizas....y para nosotros, los que quedamos en esta dimensión tangible, fue un gran cambio... es tan densa esta dimensión tridimensional en la que se conoce el apego que si no se comprende que todo es uno, se sufre... te amo y me encanta sentirte como creo sentirte....me proteges como cuando estabas en tu cuerpo y eres una gran compañera...te agradezco.... hasta siempre como siempre.... sin principio ni fin... tu hermana Catalina. EL TESTIMONIO DE ALEJANDRO:
Stuttgart, 19.07.2008
Mis queridos: cinco años después aún siento el vacío que dejó Marcela al partir tan repentinamente. He podido observar en mi en los últimos años una creciente melancolía, sobre todo cuando comienzo a darle vueltas al tema de la muerte. Es difícil aceptar la muerte porque creemos, que la vida dura eternamente. ¿Pero cómo es la relación de la eternidad hacia nuestras vidas?
La pérdida de Marcela ha dejado una herida dolorosa en nuestros corazones, que con los años ha cicatrizado lo mejor posible. Pero es visible, somos una familia de ocho hermanos a la cual le falta un miembro, es como si faltara un dedo de la mano. Aunque nos separe la distancia y llevemos vidas muy desiguales, compartimos la experiencia de familia grande, con caracteres muy individuales, pero con un gran sentido común. Nuestros padres hicieron todo lo posible por hacer germinar este sentimiento en nosotros, y es algo, que a mi me da mucha fuerza y confianza en la vida.
Mi deseo de hoy, es que Marcela pudiera ver a su familia y enterarse de cada uno y alegrarse con nosotros. Que sepa como están sus hijos, sus padres y hermanos y todos aquellos, que la acompañaron en su vida. Marcela seguirá viva en nuestros corazones esparciendo ese impasible optimismo propio de ella. Mi deseo es también poder estar pronto de nuevo con ustedes. Los echo de menos. Con mucho amor desde la lejanía un saludo a todos ustedes. Alejandro
EL TESTIMONIO DE FELIPE: Heidelberg, 20.07.2008
Desperté hoy con Marcela en la mente, y la verdad que en esta semana ella estuvo muy presente. Estuve ayer participando en una competencia de triatlón. Sólo hice la parte de bicicleta, una preparación previa al evento para el cual me he estado preparando meses. Les cuento esto porque la ruta fue muy linda ( y pesada a la vez, pues 12 kms eran de subida, de los 42 kms en total de recorrido). Pero esos momentos son muy lindos para mi ya que, a pesar de estar en proceso de esfuerzo máximo, el contacto con la naturaleza es muy fuerte. Y la ruta fue muy cerca de la zona en donde Marcela vivió por muchos años y donde finalmente sus restos yacen enterrados bajo tierra. Subí por Dossenheim hacia los cerros del Odenwald y aparecí por detrás de donde vivió Marcela en dirección hacia Ladenburg. Mientras corría trataba de pensar qué era lo que exactamente estaba haciendo en el día en que falleció Marcela. Era uno de los veranos más cálidos que se vivieron en Europa desde hacía mucho tiempo. Ancianos y enfermos morían por decenas del calor en Francia. Ninai estaba de visita con mi mami. Ellas se habían ido a Bielefeld a visitar a Macarena. Bueno, ese día también fue un domingo como hoy y Valeria tenía libre, como hoy también. Ella me acompañó a nadar en el Rio Neckar. Nadé de Puente a Puente. Otra vez estaba en pleno contacto con la naturaleza.
Pues bien, a veces uno se pone a pensar en las relaciones de las cosas: ¿serán coincidencias o no? Igual, las circunstancias en las que me encontraba eran muy especiales. Otras veces en las que pienso en Marcelita es cuando estoy de viaje en la autpista, pues recorro mucho en auto y el peligro de que te pase algo siempre está, pero no hago más que pensar en ella y me siento más seguro.
Yo, a pesar de no estar presente en la ceremonia de hoy, espero que todos reunidos pasen una linda tarde, llena de emociones y de que tengan a Marcela muy presente. Por mi parte siempre la recuerdo, y eso me hace sentir bien. Yo sé que ella guarda (cuida) de todos nosotros y de su gente querida.
Los quiere, Felipe

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