sábado, julio 16, 2005

REFORMAS CONSTITUCIONALES: LO QUE PERMANECE PENDIENTE Mucha alegría he sentido al ver finalmente aprobadas en el parlamento reformas constitucionales que democratizan la Carta Fundamental de un modo bastante decisivo. El fin de los senadores designados y el reforzamiento de la autoridad presidencial frente a las Fuerzas Armadas constituyen dos pasos esenciales, entre otros. Permanece, sin embargo, pendiente la eliminación del sistema electoral binominal, que tanto distorsiona la vida de los partidos y excluye a sectores que debieran estar en el parlamento. El Ministro del Interior, Francisco Vidal, dijo hablando como Vice-Presidente de la República (Lagos andaba en Australia), que esa decisión se tomaría seguramente en el próximo gobierno. Al respecto sólo quisiera decir que ese anhelo hay que expresarlo desde ahora y agregar como imperiosa la urgencia de debatir el conjunto del sistema electoral, pues, al parecer, ahí hay un problema que se va agrandando poco a poco, a medida que el tiempo avanza y que puede minar la fortaleza del sistema democrático. Me refiero a la indiferencia electoral de los jóvenes y, hay que reconocerlo, de muchos no tan jóvenes. Personalmente, creo que le falta modernidad al mecanismo. La cédula única fue, en su tiempo, un avance imaginativo para acabar con el cohecho dentro del sistema manual que hasta hoy existe. Ahora, sin embargo, el problema es hacer las votaciones lo más expeditas posibles, cosa que el sistema actual no favorece. Chile, que aparece tan avanzado en América Latina en materia de sociedad de la información, debería debatir abiertamente si ha llegado (¿o no?) la hora de buscar, entre otras cosas, métodos confiables de votación electrónica. Si el ciudadano chileno tuviese a disposición un sistema expedito y automático de inscripción electoral (por ejemplo, como el que existe en Alemania), si pudiese votar aunque viva en el extranjero (como hacen ya muchos países), si pudiese votar por correo en casos de imposibilidad de concurrir al lugar de votación (práctica también ya conocida y utilizada sin problemas en países avanzados) y si, al concurrir a emitir su sufragio, no tuviese que hacer largas y tediosas colas, votara electrónicamente y a las 18,30 del día de la elección tuviese el grueso de los resultados, creo que se avanzaría mucho en incorporar a más chilenos al proceso electoral, elevando así la calidad democrática del mismo. El camino es dar las máximas facilidades para asegurar la participación más amplia posible. La legitimidad entera de la democracia se resiente cuando la participación disminuye y eso ha estado sucediendo en nuestro país. El tema es más largo y complejo, ciertamente, y justificaría discutirlo en instancias académicas a través de talleres y seminarios, con el objetivo de decantarlo, difundirlo y construir poco a poco un consenso nacional. Por ahora, aquí queda planteado para iniciar un debate que podríamos considerar como preliminar. Si lo hacemos sin prejuicios y sólo buscando mejorar nuestro sistema, no sólo habremos culminado con un verdadero punto final la larga y difícil transición, sino que también habremos sentado las bases para nuevos saltos adelante en nuestro desarrollo. Si ahora vamos bien con las reformas que se han hecho, en el futuro debemos ir mucho mejor si eliminamos injusticias, exclusiones y obstáculos que carecen de todo fundamento.

1 Comments:

At 9:04 p. m., Blogger Otto Boye said...

Me pones una tarea delicada por delante, que trataré de hacer separadamente de este tema en los días siguientes. Sólo una cosa te adelanto. La inmensa mayoría de los votantes DC va a votar con decisión por Michelle Bachelet, porque es la mejor alternativa para que Chile siga progresando como lo viene haciendo. La Derecha sigue no pudiendo constituirse en alternativa seria, debido a numerosos factores que ya analizaré. La Concertación, a pesar de sus fallas, funciona.

 

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