martes, julio 05, 2005

LA VENEZUELA DE HUGO CHÁVEZ Acabo de estar una semana en la Venezuela de Hugo Chávez, país donde viví casi diez años completos, y me nace hacer algunas consideraciones respecto a lo que allí sucede. Parto advirtiendo que resulta imposible resumir en pocas líneas la situación actual, tan compleja y enigmática en muchos aspectos, porque la historia venezolana, tanto la más próxima, como la más remota, tienen evidentemente la clave, pero obligaría a consideraciones muy largas que aquí no podría hacer en este momento. Quiero, por tanto, dar unas pinceladas solamente: - "Soy consecuencia y no causa" dijo Chávez cuando tomó el poder el 2 de febrero de 1999. Dijo una gran verdad. Su ascenso sólo se explica por la crisis profunda de los partidos políticos tradicionales. Esa crisis perdura seis años y medio después y explican en parte la consolidación de su poder. - Hugo Chávez es un caudillo carismático que tiene muchos enemigos, pero que atrae potentemente a masas de ciudadanos, en especial a los más pobres, entre los que goza de evidente popularidad. Es humanamente cálido y hace esfuerzos enormes por mantenerse en contacto directo con ellos. Con más de seis años en el gobierno hoy controla la situación sin contrapesos visibles. - Una ayuda importantísima han sido los enormes recursos financieros con que ha contado el gobierno para llevar a cabo sus políticas. Provienen, como se sabe, del petróleo y de sus altos precios, que probablemente seguirán altos por largo tiempo. - El rol del Estado en Venezuela es gigantesco y viene de muy lejos. No es un invento de Chávez. Un solo dato: la nómina de funcionarios públicos que tienen los poderes públicos e instituciones del Estado supera el millón y medio en un país de 25 millones de habitantes. - Algunos quieren ver una influencia desmedida de Cuba y de Fidel Castro en Venezuela y en Chávez. Algo hay, pero no hay que engañarse. Conozco bien los dos países y a sus dos actores principales, con quienes he conversado muchas veces en forma extensa. Conozco a muchos actores intermedios y, también, al actor por antonomasia, al pueblo de esas dos apreciadas naciones. Son considerablemente diferentes. Sus coincidencias se dan en aspectos coyunturales y complementarios, pero los separan realidades objetivas que hacen inviable un equiparamiento completo. La economía, la política y la sociedad son diferentes en ambas naciones. Influencia ideológica existe, pero hasta ahora luce todavía más retórica que real, en parte debido a que en Cuba, después de la caída del muro de Berlín y del desplome comunista soviético que siguió casi de inmediato, se diluyó algo el discurso ideológico y la política del Estado se volvió más pragmática. Todo esto requiere más desarrollo, pero ahora lo dejamos hasta aquí. - Las relaciones con Estados Unidos parecen malas, pero, en la práctica siguen siendo intensas. Ambos países se necesitan, lo que se refleja en el amplio comercio que desarrollan. La semana pasada hubo un evento de negocios entre Estados Unidos y Venezuela que fue inaugurado por ministros y clausurado por el propio Chávez. - Debilidades congénitas en el desarrollo venezolano no han podido, hasta ahora, ser erradicadas. Altos índices de corrupción, inseguridad de los ciudadanos frente a una delincuencia muy agresiva, mentalidad rentista que todo lo espera del Estado, son algunas de ellas. - Un frente peligroso para la nación venezolana es el de las relaciones del Gobierno con la Iglesia Católica. Son tensas y a ratos muy tensas. En fin, podría extenderme en cada aspecto largamente, pero eso haría de esta breve reseña un ensayo y esa no es la idea. Sólo quiero concluir que la política venezolana, a pesar de mostrarse crispada, parece estable. Chávez se ve firme en el poder y puede gobernar por mucho tiempo más. Hasta este momento no se ve alternativa alguna a su liderazgo, lo que permite suponer que va a ganar holgadamente las elecciones presidenciales de fines del próximo año.

1 Comments:

At 5:57 a. m., Blogger Felipe Valdivieso Cox said...

Han pasado varios años del post inicial y de los comentarios que le hice.

Ratifico lo expresado con una salvedad o precisión : En el punto 1 critiqué que se hablara de "la Venezuela de Chávez" pero lo sustituí por "la Venezuela en los tiempos de Chávez".

No mejoró el enfermo, como se dice aquí.Tuve que haber dicho : la Venezuela en los tiempos en los que Chávez ha sido Presidente.

 

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