domingo, abril 01, 2007

TERCERA DIMENSION DE LO INTEGRAL

Veamos ahora la dimensión individual de toda realidad personal (no olvidar que estoy siempre refiriéndome a las personas, centro de nuestra preocupación). Miremos primero su aspecto externo, que viene siendo aquí la tercera dimensión de las cuatro que he mencionado. Este ámbito es el más sencillo de reconocer, pues, en efecto, toda persona, a cuyo servicio debe estar cualquier política pública, es, individualmente hablando, un ser físico, un ser que ocupa espacio y se mueve en el tiempo. En este ámbito, una política integral de desarrollo debe cuidar que cada persona esté físicamente sana, o sea, que se encuentre siempre en la mejor forma posible para desarrollar sus actividades. La salud pública, que debe llegar a todos, ocupa aquí un lugar central. Buena medicina al alcance de cada habitante del país es lo que se necesita aquí. Lo mismo vale para la vivienda (cada habitante de este país debe tener una vivienda digna, con espacio suficiente para vivir y desarrollarse individual y colectivamente), la alimentación (no puede haber hambre y desnutrición, que no son siempre lo mismo), la educación (buena infraestructura para ejecutar la política educacional), etc. Precisamente como estamos ante la realidad más fácil de reconocer, suele suceder que terminamos quedándonos en esta dimensión, desatendiendo a las demás y cayendo en la chatura, en la unidimensionalidad. Esto quedará más claro cuando terminemos este periplo por las dimensiones de la persona y volvamos a mirar el conjunto de ellas. Lo veremos en los siguientes artículos breves con los que he querido tratar este tema nada de sencillo.

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