viernes, marzo 02, 2007

CUATRO DIMENSIONES DE TODA REALIDAD

En mi post anterior hablé de cuatro dimensiones de toda realidad, idea tomada de Ken Wilber. Quiero explicar un poco más este aspecto, fundamental para una aproximación sólida hacia un desarrollo integral. Tomemos el caso de la persona humana. Toda visión humanista la coloca en el centro de sus preocupaciones y no tendrá nunca problemas para aceptar que busca siempre para ella un desarrollo integral. La idea de un "humanismo integral" la conocí por primera vez leyendo hace medio siglo la obra de Jacques Maritain que se llamaba, precisamente, "Humanismo integral". No obstante esa lectura que, hecha hoy de nuevo, sigue teniendo aspectos de gran validez, ha sido la obra de Wilber la que me ha permitido aclararla mejor para los efectos de la visión política dentro de la cual he trabajado toda mi vida. (Al lector interesado le recomiendo leer "Una teoría de todo. Una visión integral de la ciencia, la política, la empresa y la espiritualidad." Ed. Kairos, Barcelona, 2ª ed. 2003) Apliquemos, entonces, las cuatro dimensiones a la persona humana, dado que es ella (cada persona y todas las personas) la que siempre está en el ámbito de las políticas públicas: De esta manera,

· cada persona deberá, desde luego, ser medida y analizada por instrumentos creados en el contexto exterior individual. Desde esta perspectiva se la verá como una máquina a mantener funcionando en la mejor forma, como un "ello" que se ve desde fuera. Se cuidará, por eso, su buena salud física y mental, a cargo de la medicina y la psiquiatría, entre otras disciplinas. Instituciones públicas y privadas tratarán de cubrir esta dimensión.

· A la vez, poseedora como es la persona de subjetividad, será explorada, de ser necesario, en el ámbito interior individual. Se procurará, así, llegar a su "yo" y, por eso, se cuidará su salud psicológica y espiritual, a cargo de la psicología profunda, por un lado, y de las religiones y corrientes filosóficas preocupadas del alma humana, por el otro. Se buscará hacerla subjetivamente feliz.

· Pero esa misma persona vive en un mundo social y políticamente organizado (familia, juntas vecinales, municipios, provincias, regiones, Estados, entre otros espacios e instituciones), donde tiene deberes y derechos. Será estudiada como individuo que se mueve en el ámbito colectivo exterior, o sea, el espacio donde se mueven "ellos". Se buscarán las mejores estructuras para asegurar su libertad y su mejor desarrollo personal. Hasta ahora, las mejores descubiertas por el hombre se enmarcan dentro de lo que denominamos democracia. Las ciencias jurídicas y sociales se encargarán de alimentar esta parte. La historia entregará también pautas significativas, procedentes de comportamientos externos pasados.

· Finalmente, pero no por ello menos importante, esta persona está también inserta en el marco de entornos culturales situados en el interior colectivo. Ellos condicionarán sus enfoques y preferencias en su vida junto a los demás. Aquí se encontrará sumergida dentro de la atmósfera que configurará e impregnará su vida entera en sociedad. La antropología cultural y la etnología, entre otras disciplinas, jugarán aquí un rol central.

Dejar de lado cualquiera de estas dimensiones equivaldrá siempre a mutilar, ni más ni menos, a la persona humana. Pero esto vale también para todas las otras realidades, como la sociedad, el país, el continente, el planeta. Sin desarrollo integral, simplemente no habrá desarrollo. Esta es la afirmación básica para sostener la necesidad de trabajar con gran dedicación y cuidado en la construcción de un desarrollo que comprenda todas las dimensiones de la persona.

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