jueves, febrero 08, 2007

VALPARAÍSO Y PATRIMONIO (II)

En la primera parte de este artículo hablamos más bien de los aspectos formales del libro "Este es mi patrimonio Valparaíso", realizado por profesionales porteños bajo la conducción del profesor Allan Browne, publicado y editado por la CORFO de la V Región y la Editorial de la Universidad de Valparaíso. Ahora quiero referirme, brevemente, a su contenido, que se encuentra en dos fuentes principales, a saber, en las entrevistas y en el material gráfico. LAS ENTREVISTAS: son 25. Sin agotar las posibilidades, ni mucho menos, la muestra es bastante representativa de lo que pudiéramos llamar el Valparaíso realmente existente, donde el patrimonio, sin dejar de estar representado por sus edificios, calles, cerros y ascensores, está formado principalmente por seres de carne y hueso, por personas humanas con historias variadísimas, por dramas y comedias, por dolores y alegrías, por pesimistas y optimistas, por tradicionalistas y vanguardistas, y un largo etcétera. Es este rostro profundamente humano y real, que emerge en todas las entrevistas, lo que le da mayor valor y actualidad a este libro. Aquí no se desconocen la historia y las tradiciones, a las que se alude constantemente, pero son el tiempo presente y la realidad vivida hoy, los elementos que más impactan y dejan pensando. En efecto, el tema patrimonial plantea desafíos que nadie mide de la misma forma. Para algunos es virtualmente inexistente. Para otros una noticia que no los toca. Hay visiones poéticas en abundancia también, como corresponde a una ciudad que ha inspirado a tantos poetas famosos. Y otras visiones son totalmente aterrizadas, casi demasiado. La variedad termina fascinando y planteando la pregunta si no valdría la pena seguir indagando de esta manera y agregando, en nuevos volúmenes más entrevistas y más material gráfico. EL MATERIAL GRÁFICO: esta es la otra riqueza de este volumen. Hay una cantidad de información muy grande que se extrae de su material gráfico. Desde la reproducción de dibujos de Lukas hasta la de cuadros, pasando por fotos antiguas y actuales, en todo este conjunto hay mucha información. No faltan, por ejemplo, las huellas de la dictadura, como cuando se muestra la lápida que recuerda al sacerdote Miguel Woodward, que fuera detenido y torturado hasta morir, como representante de muchos otros chilenos que sufrieron igual suerte en 1973 y después; como tampoco faltan las huellas de un Valparaíso antiguo y majestuoso, como se evidencia en la foto de cómo fue en un tiempo la estación Bellavista, o como se ve en las fotos de viejos locales porteños de una bohemia marina que se perdió y que muchos añoran. En resumen, estamos ante un libro que vale la pena tener, para leerlo y disfrutarlo muchas veces. También estamos ante una obra de vanguardia, que invita a esperar otras futuras que sigan la misma línea de desarrollo. Cabe, para terminar, felicitar efusivamente a todos los que hicieron posible este paso que, esperamos, sea el primero de muchos más.

Etiquetas: ,