sábado, diciembre 27, 2008

HACIA UNA GLOBALIZACIÓN REGULADA

Es falso que la libertad absoluta de los mercados, en tiempos de globalización, produzca automáticamente bienestar para todos en la sociedad. Antes de terminar el año 2008 se ha acabado este mito. Menos mal. Su aplicación estaba causando mucho daño. No sólo estaba ensanchando la brecha entre ricos y pobres. También estaba haciendo pedazos el planeta, el barco único en el que todos navegamos. El calentamiento global es una manifestación de esto. Hay que aprovechar la oportunidad que ofrece la presente crisis mundial para repensar, a partir de los datos que ella arroja, lo que cabe hacer para enmendar rumbos antes de que sea demasiado tarde. La globalización es un dato de la realidad, un resultado del progreso científico y tecnológico que se ha producido y acelerado en el último siglo. El ser humano no puede claudicar o rendirse ante esta realidad como si estuviera aprisionado para siempre y sin defensas en sus redes. Debe asumir su cuota de responsabilidad y regular lo que se estaba dando casi sin controles. Esto no es estatismo barato o idolatría de los Estados nacionales. Estos son garantes del bien común y ahora tienen la tarea de ponerse de acuerdo entre ellos para que la globalización tenga cauces previsibles. Muchos egoismos nacionales, por lo demás, deberán caer. El concepto de soberanía absoluta deberá revisarse y dar paso a una administración responsable del mismo, cediendo lo que sea necesario para lograr una globalización inteligentemente regulada, que es el camino a seguir y que reclama urgentemente esta hora. 

Etiquetas: , , ,