viernes, abril 10, 2009

LOS FUNDAMENTALISMOS

Estamos llenos de fundamentalistas, esto es, de personas, todas muy respetables, que confunden los principios con su aplicación. Para ellas los principios son, a la vez, su aplicación. No existen por separado, aunque la realidad demuestre lo contrario. Cuando ésta no coincide con los principios, peor para ella. Han sido llamadas también puristas. Quienes así piensan suelen ser en su conducta práctica terriblemente intolerantes y favorecer el uso de mecanismos represivos y autoritarios para imponer su voluntad. Los puristas ven en todas partes la presencia de relativismos morales, sin caer en la cuenta del absolutismo moral del que hacen gala. Esta manera de ver las cosas se ha extendido muchísimo por el mundo y más de una guerra se fundamenta en ella. Como sucede en muchas cosas en la vida, ambos extremos son falsos, tanto los relativismos morales absolutos, como los absolutismos morales. El ilustre filósofo católico francés Jacques Maritain, en su obra "El hombre y el Estado", en su capítulo III, sobre el problema de los medios, proporciona reflexiones que el lector interesado puede consultar con provecho. Aquí, por ahora, baste esta referencia. El tema es, ciertamente, complejo, delicado, requiere discernimiento cuidadoso. Pero la conclusión es clara: los extremos en esta materia están equivocados. El tema es importante, sobre todo en el ámbito político, por las consecuencias prácticas que tienen estas posturas.

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