sábado, diciembre 18, 2010

VARGAS LLOSA APUNTA AL NUDO GORDIANO DE LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA

El flamante Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, acaba de decir en Chile lo siguiente: "Tenemos que trabajar de manera sistemática para desvanecer las fronteras. Es estúpido que los países latinoamericanos tengamos fronteras (...). La integración debe seguir el ejemplo europeo". Comparto este planteamiento, que sostuve públicamente muchas veces en los cuatro años en que ejercí el cargo de Secretario Permanente del Sistema Económico Latinoamericano (2000 - 2003). Apunta al nudo gordiano de toda verdadera integración. En efecto, no habrá integración latinoamericana real sin cesión de soberanía. ¡Así de claro! Lamentablemente casi todos los países se aferran todavía a las concepciones más tradicionales sobre el Estado-nación, como si ellas fuesen una suerte de dogma de fe. Esto es absurdo ("estúpido" dice el laureado escritor) en la época que estamos viviendo. De hecho, las fronteras, por obra de las comunicaciones, se han vuelto cada vez más porosas. Los regímenes que todavía tratan de cerrar sus fronteras encuentran cada vez más dificultades en el camino y cada día más hacen el ridículo con las acciones de bloqueo que suelen emprender. Se trata, además, de una dinámica sin retorno. Preferible sería reconocer que la realidad que envolvió la los Estados-naciones cambió con el fin de la era industrial y que ahora caminamos hacia globalizaciones cada vez más inclusivas, que exigen cambiar el viejo enfoque. Es un proceso que, en términos históricos, está recién comenzando. Lo sensato es asumirlo y, en un proceso gradual y ordenado, implementarlo como lo hizo Europa con gran visión de futuro.

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domingo, diciembre 05, 2010

SOLIDARIDAD EN LA TELETÓN

La Teletón, que acaba de terminar exitosamente, marca otro hito en Chile de movilización masiva de energías solidarias. Había dudas, planteadas por el propio conductor y alma de esta iniciativa, don Francisco, de que esta vez se alcanzara la meta. Era, es cierto, el año del Bicentenario, pero también el del terremoto y el del rescate de los 33 mineros, en que ya se habían desplegado gigantescas iniciativas solidarias. El propio actor principal de esta Teletón había dirigido una (Chile ayuda a Chile) poco después del gran sismo y lo había hecho con enorme éxito. No se sabía si el país resistiría en un año tantos esfuerzos que apelan a las emociones para lograr que la gente, de todas las edades, se desprenda de su dinero. En un tweets que escribí antes de redactar estas líneas señalé que "don Francisco y su Teletón constituyen un fenómeno que debería ser intensamente estudiado por las ciencias sociales, pues es único en su eficacia." Claro, el país no puede construir una sociedad solidaria apostando a vivir de Teletón en Teletón, pero aquí hay mecanismos a observar. Debemos lograr discernir a fondo lo que es verdadera solidaridad de otros factores que sin lugar a dudas se mueven para alcanzar el resultado buscado. Aquí hay un fenómeno mediático llamado "Don Francisco" que hasta ahora ha sido decisivo en su convocatoria y hay mecanismos publicitarios donde, con toda probabilidad, se mueven y predominan intereses económicos o incluso vanidades de gran envergadura. El medio televisivo, el formato de las "27 horas de amor", la preparación minuciosa de los contenidos, el teatro Teletón (ex Caupolicán) y ahora el Estadio Nacional, la presencia masiva de la farándula, todo, absolutamente todo, juega roles importantes para lograr el éxito. Probablemente sea, entonces, la totalidad de los factores la que explique el resultado y que si faltara uno de ellos el final podría ser frustrante. Por eso, dejo planteado el desafío a los estudiosos para que logren explicar este fenómeno y puedan salvar lo principal, que es, a mi juicio, el valor de la solidaridad encarnado en miles y quizá millones de personas que participan con sus aportes en la Teletón y que no se suben a los escenarios a mostrar su generosidad. Sin desmerecer ningún gesto, la gran reserva de energías generosas y de solidaridad está aquí, en las grandes masas que se motivan. ¿Servirán para construir en Chile una sociedad solidaria? ¿Podrán encarnarse en el conjunto de la sociedad y lograr reducir desigualdades escandalosas, que siguen existiendo? Estas son algunas de las interrogantes que permanecen en el aire.

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