lunes, noviembre 08, 2010

HACIA UNA AGENDA PARA LA SOLIDARIDAD.

He hablado de solidaridad como valor central de una sociedad chilena a la altura de los nuevos tiempos por venir a partir de esta verdadera "década de bicentenarios" que hemos comenzado a vivir este año. ¿Cómo avanzar hacia esa meta? La tarea no es sencilla, pero ya ha sido planteada a los chilenos por su historia. Hoy quiero recordar el llamado desafiante que le hizo el Papa Juan Pablo II al país cuando lo visitó en 1987. Allí habló de la necesidad de crear una "cultura de la solidaridad" y una "economía de la solidaridad". Señaló así dos grandes ámbitos a ser impregnados hasta la médula por este valor tan determinante. La cultura es un piso de ideas básicas que comparte una sociedad. Hoy está fragmentado, con predominio de un individualismo consumista que dejó como legado la dictadura y que los gobiernos democráticos no lograron enfrentar adecuadamente. Superar esto es lo que ya nos planteaba el Papa en 1987. Es una tarea pendiente. La otra está en el campo económico, donde la idea solidaria es frenada por la idolatría del mercado, del desarrollo concebido como puro crecimiento y del consumismo sin límites. También esto debe ser superado. Una agenda con tareas de esta envergadura llenará sin duda varias décadas, cuando no todo el tercer siglo de vida republicana, y le dará sentido a la vida de las generaciones jóvenes que ya se hacen presentes en la escena nacional.

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