sábado, octubre 30, 2010

¿QUÉ ES SOLIDARIDAD?

Postulamos una sociedad basada en la solidaridad. Corresponde preguntarse entonces qué se quiere decir con esta palabra. Encuentro una respuesta en "Solicitudo Rei Socialis", encíclica del Papa Juan Pablo II publicada en diciembre de 1987, o sea, hace ya 23 años. En ella dice lo que sigue: "Esta no es, pues, un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos." Y agrega después estas palabras decisivas: "Esta determinación se funda en la firme convicción de que lo que frena el pleno desarrollo es aquel afán de ganancia y aquella sed de poder de que ya se ha hablado. Tales "actitudes y estructuras de pecado" solamente se vencen -con la ayuda de la gracia divina- mediante una actitud diametralmente opuesta: la entrega por el bien del prójimo, que está dispuesto a "perderse", en sentido evangélico, por el otro en vez de explotarlo, y a "servirlo" en lugar de oprimirlo para el propio provecho." Creo que la cita es contundente y no admite dobles lecturas, unas de izquierda y otras de derecha. La solidaridad es, entonces, un imperativo moral o ético a manifestarse en todos los aspectos que constituyen un desarrollo pleno o integral, como lo he denominado en otras ocasiones. Es, además, como buena expresión de amor, una decisión de la voluntad ("determinación firme y perseverante") y no un mero sentimiento, esencialmente pasajero y, por eso, frágil, endeble, fugaz. Espero que estas líneas contribuyan a avanzar en lo que estoy sosteniendo a partir de mis dos reflexiones anteriores, clarificando los conceptos fundamentales.

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miércoles, octubre 20, 2010

LA SOLIDARIDAD EN CHILE

El valor de la solidaridad no es desconocido en Chile. Se hace presente silenciosamente en todas partes. A veces los medios dan a conocer ejemplos, pero, por su forma callada de existir, suelen volver al silencio tan pronto la noticia pierde actualidad y cae en el olvido. Esto sucede a cada rato. A la vez hay hechos mayores, de gran impacto público, que muestran una nueva dimensión, caracterizada por la movilización de energías solidarias a gran escala. El rescate exitoso de 33 mineros marca una cúspide de un proceso que tiene, a lo menos, algo más de un siglo de existencia, cuando se hace presente la llamada "cuestión social". Podrían mostrarse numerosos ejemplos, pero ello alargaría esta nota demasiado. Baste recordar durante la dictadura la emblemática Vicaría de la Solidaridad o las energías colectivas que se movilizan cuando hay terremotos y otros males sociales, para saber de lo que hablamos. Pero la pregunta surge sola: ¿podríamos pasar del actual modelo de desarrollo, fuertemente individualista, a uno solidario, o sea, a uno que coloque en el centro de su existencia el valor de la solidaridad? Una respuesta positiva depende mucho de quienes detentan el poder político (Sebastián Piñera y la derecha), pero también de todos quienes están en la oposición. En realidad, nadie está excluido del desafío planteado. En cualquier caso, con un vuelco semejante Chile se acercaría mucho al mostrado desde el día en que los 33 mineros quedaron atrapados en la mina San Esteban hasta que salieron con vida desde las profundidades de la tierra. Invito a seguir pensando en torno a este tema crucial para nuestro porvenir.

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domingo, octubre 17, 2010

HORA CLAVE PARA PIÑERA Y PARA CHILE

El rescate de los 33 mineros marcará el Bicentenario para siempre. Pero ya es pasado. Ahora corresponde mirar hacia adelante y sacar las lecciones del caso. El acontecimiento, en verdad, ha convertido este tiempo inmediatamente posterior en una hora clave para el Presidente y para la nación entera. Con todo el mundo mirando a Chile, Sebastián Piñera podría cambiar la Historia si se lo propusiera. El material político e ideológico lo encontraría en este inédito hecho, el gran rescate, pues los valores que atravesaron todo el proceso y culminaron en un éxito resonante fueron los del amor y la solidaridad. La operación fue exitosa y resonante, porque estos valores fueron los grandes protagonistas. Proporcionaron el combustible necesario para un final feliz, capaz de contagiar al mundo. La cuestión ahora es dilucidar si esto se puede trasladar al campo completo de las políticas públicas del Estado y si este gobierno, con su líder -Piñera- a la cabeza, es capaz de dar este vuelco, o si él y el país entero van a perder esta oportunidad única e irrepetible que se ha presentado. Si el Presidente se lo propusiera podría transformar en poco tiempo todo el espectro político, de izquierda y de derecha, en forma radical y positiva para todos los habitantes de esta bendita tierra. El desafío que tiene por delante es el siguiente: ¿cómo introducir de modo real el valor de la solidaridad y, por tanto, el del amor, en todas las políticas del Estado chileno? ¡Ya sabemos que se puede! Llego hasta aquí para dejar solamente introducido el tema. Buscaré el tiempo para reflexionar más este punto y seguirlo desarrollando.

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