sábado, abril 28, 2007

SOLIDARIDAD (II)

Creo que la palabra se instaló definitivamente en el mundo cuando, en los años 70 y 80 del siglo recién pasado, en Polonia, el sindicato "Solidaridad", que dirigía Lech Walesa (quien después llegó a ser Presidente de su país), jugó un rol decisivo para poner fin al régimen comunista que allí existía y que era resistido por la inmensa mayoría del pueblo. En Chile, bajo la dictadura de Pinochet, el Cardenal Raúl Silva Henríquez, gran figura de esos años, mostró su gran coraje y vocación de servicio a los más desvalidos cuando creó la Vicaría de la Solidaridad, para defender desde ahí a los que sufrían persecusiones e injusticias. Esta organización sacó también una revista con ese nombre. Como ya lo dijimos en el post anterior, el Papa Juan Pablo II, en su visita a Chile en 1987, aludió varias veces a este valor (habló de economía solidaria y cultura de la solidaridad, entre otros desarrollos). En nuestro país, entonces, la idea es conocida. ¿Cuál es su significado? He encontrado en internet una definición, que muestra con bastante claridad de que estamos en presencia de un valor vinculado a otros valores claves para la convivencia humana y para el bien de todos. Su raíz cristiana también aparece clara en esta definición. Con ella cierro este post, para tratar en el siguiente la visión de Rianne Eisler en su libro "El cáliz y la espada": "La solidaridad es una relación entre seres humanos, derivada de la justicia, fundamentada en la igualdad, enriquecida por la caridad, en la cual uno de ellos toma por propias las cargas de el otro y se responsabiliza junto con éste de dichas cargas."

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jueves, abril 26, 2007

SOCIEDAD SOLIDARIA: ¿UNA UTOPÍA POSIBLE?

Un post de Otto Boye
En sucesivos artículos anteriores me permití revisar la noción de desarrollo y concluí que debía ser concebido, para ser verdadero y estar a la altura del mundo globalizado en el que estamos, como desarrollo integral. Lo esencial de lo dicho apuntó a señalar que, teniendo toda realidad cuatro dimensiones, dos externas (individual y colectiva) y dos internas (individual y colectiva), toda política de desarrollo debe comprender siempre a todas ellas. Hoy decimos que tampoco esto basta. Es necesario darle una direccionalidad valórica a lo que se haga. Aquí completaremos el cuadro postulando como finalidad una sociedad solidaria. Esta idea viene siendo planteada insistentemente en el mundo. Cuando Juan Pablo II estuvo en Chile en 1987 expuso esta idea en varias ocasiones. Habló de una economía solidaria y de una cultura de la solidaridad, donde la idea-fuerza de la solidaridad expresaba la preocupación por lo más pobres ("¡no pueden esperar!"), por los excluídos y por los más débiles. Desde otra óptica, Rianne Eisler, en su obra "El cáliz y la espada", plantea un modelo solidario de sociedad como alternativa al modelo dominador de raíz patriarcal, vertical y autoritaria. Trataré con más detalle esta idea en próximos artículos. Ahora diré solamente que veo como viable y posible la construcción de un orden solidario en el marco de un desarrollo integral.

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lunes, abril 23, 2007

SETENTA AÑOS ¿SON ALGO?

En este día 23 de abril del 2007, en que estoy cumpliendo 70 años de vida sobre la tierra, me nace escribir algo al respecto. He llegado a esta edad en bastante buena forma, y tal vez por eso he reflexionado mucho en todo lo vivido en este lapso. Se trata de un tiempo significativo para cualquiera. Aunque no es poco, desde ciertos ángulos se ve como un suspiro. En términos de eternidad lo es. En visión histórica casi también. Pero si consideramos que el promedio de vida ha subido en Chile a setenta o más años sólo en el último siglo, esta edad no es menor y no caben quejas si la vida se acaba en torno a esta frontera. Mi padre murió a los 61 años y mi hermano Gustavo a los 62... Por otra parte, salvo el suicida, nadie fija el día de su partida. Eso debiera llevarnos a vivir cada día como si fuera el último, con gran intensidad y compromiso en todo lo que hacemos. Solemos hacer lo contrario: vivir cada día como si tuviéramos todo el tiempo del mundo por delante y postergar todo lo que verdaderamente importa. Personalmente me siento feliz de haber vivido intensamente. Me siento privilegiado por este hecho. Nací en una atmósfera favorable a mi desarrollo, con padres excelentes y muy buenos hermanos. Fuimos cinco, pero dos de ellos se fueron de la vida demasiado prematuramente. Tuve acceso a una buena educación y formamos después, con Nina María, una familia que, para mi gusto, resultó espectacular. Todo partió de la pareja que formamos, pues logramos desarrollarla, hasta hoy, en amor creciente y sostenido, con capacidad de sortear todas las pruebas. Tuvimos ocho hijos maravillosos (Alejandro, Marcela, Macarena, Felipe, Sebastián, Catalina, Esteban y Sofía), que contribuyeron, cada uno a su modo y con su personalidad, a enriquecernos espiritual e intelectualmente, y a unirnos cada vez más. Con ellos compartimos alegrías y dolores. El más fuerte, entre estos últimos, fue la partida de Marcela, fallecida en accidente carretero en Venezuela el 20 de julio de 2003. Tenía 36 años. Ahora ya hay 15 nietos, algunos bastante grandes y tres nacidos recién, o en el último año y cuatro meses. Tengo (y tenemos) amigos que son como hermanos y que nos han acompañado en las buenas y en las malas. Profesionalmente también tuve muchas satisfacciones y logros, ocupando todo tipo de responsabilidades, desde pequeñas hasta algunas bastante elevadas. Traté siempre de servirlas lo mejor que pude. Hoy, con 70 cumplidos, sigo trabajando y luchando con el mismo entusiasmo de siempre por las ideas y los valores de siempre. En definitiva, haciendo el balance podría cantar con Violeta Parra: "Gracias a la vida, que me ha dado tanto."

miércoles, abril 11, 2007

SOBRE FINES Y MEDIOS

Más de una vez he escrito sobre este tema y, sin embargo, siempre me parece que es insuficiente. Debe ser por lo que dice Maritain cuando señala este tema como "el" problema principal de la filosofía política. Ni más ni menos. La cita textual es la siguiente: "El problema de los fines y los medios es “el” problema básico de la filosofía política. Pese a las dificultades que importa, su solución resulta clara e inevitable en el campo filosófico; sin embargo, para aplicarlo en el terreno de la práctica, aquella solución exigida por la verdad exige a su vez del hombre un cierto heroísmo y lo precipita en la angustia y las penalidades." En verdad, enunciarlo cuesta poco y hay variadas maneras sencillas de hacerlo. Lo que plantea "angustia" y "penalidades" radica en la aplicación de las conclusiones. En efecto, es fácil advertir contra la mala costumbre de una enorme cantidad de políticos que viven proclamando fines, sin decir los medios que van a usar para alcanzarlos, en circunstancias que el destino del fin se juega en los medios. Lo dfícil es lograr su transparencia completa, de modo que fines y medios queden claros desde el comienzo. La razón es también sencilla de explicar: el fin no justifica los medios, como lo creen Machiavello y sus múltiples discípulos. No da lo mismo elegir una vía violenta para introducir cambios en la sociedad, que elegir un camino deliberadamente no violento. El resultado de tamaña decisión será siempre diferente. En Chile ya tenemos experiencias al respecto, que no veremos aquí esta vez.

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domingo, abril 08, 2007

DESARROLLO INTEGRAL

Finalmente podemos, a la luz de lo escrito hasta ahora, hablar con alguna propiedad, de desarrollo integral. Queda claro de entrada que el desarrollo no puede ser confundido con el mero crecimiento económico. Es siempre una parte del mismo, pero no lo es todo, ni mucho menos. Y esto es importante por lo extendida que se encuentra la idea de que lo único que importa en un país es la economía. Sin desarrollo social (pan, techo y abrigo), sin desarrollo cultural (educación), sin desarrollo personal (realización individual, felicidad interior) y sin desarrollo físico sano (salud pública) de todos los habitantes de un país no se podrá hablar de desarrollo integral y, para mí al menos, de pleno y verdadero desarrollo. De este modo, la búsqueda del desarrollo integral, único verdaderamente acorde con una visión que coloca en el centro de sus preocupaciones a la persona humana, sin exclusión alguna, es la tarea que tenemos por delante. Si la meta final es una sociedad solidaria y fraterna, el desarrollo integral es el camino, o sea, uno que no descuide en ningún instante todos los aspectos del desarrollo de las personas, de cada una y de todas las personas. Aquí ya puedo decir que esta visión puede ser sostenida como propia por todos los humanistas de esta tierra. Para mí, además, esta es la forma en que entiendo hoy un humanismo integral. En sucesivos artículos breves tratamos este tema, precisando cuatro dimensiones suyas que generalmente se desconocen o se tratan por separado. No hemos llegado al final, en todo caso. Hay muchos otros aspectos a considerar. Pero eso será materia de otra serie.

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jueves, abril 05, 2007

CUARTA DIMENSIÓN DE LO INTEGRAL

Llegamos, finalmente, a la cuarta dimensión de lo integral. Ella toca al yo individual, a la vida interior de una persona. En efecto, el ser humano no es pura superficie, no es solamente un ente físico, una máquina manipulable desde fuera cada vez que algo no funciona bien en ella. Hay una dimensión interior, espiritual y psicológica, a la que no se llega por los caminos de las otras dimensiones. Además, aunque éstas funcionen a la perfección (supongamos a una persona físicamente sana, que vive bien en su barrio en una buena casa y se lleva bien con los vecinos, y que no tiene rechazos culturales que la angustien), si no atendemos la cuarta dimensión podríamos sufrir sorpresas enormes. Pensemos, por ejemplo, en los suicidios que se dan en países super desarrollados, en los que quienes los cometen han sido personas a las que, al menos en apariencia, nada les ha faltado. Ellos suelen partir de este mundo muy infelices. Las causas pueden ser muy variadas, pero todas se radican en una dimensión interior e individual no captable con los instrumentos de la tercera dimensión. La psicología es la disciplina que intenta penetrar en este mundo. También algunas prácticas recomendadas por religiones o escuelas filosóficas, como son, diversas formas de meditación, tratan de penetarlo. La primera, en particular, lo hace con herramientas que descansan, para tener éxito, en una relación de confianza con la persona afectada, que le permite, sin cerrarse herméticamente, conocer lo que verdadera está pasando en la vida interior de la misma. Una política pública que busque el desarrollo integral de las personas, no puede descuidar este aspecto, como ninguno de los tres aspectos tratados anteriormente.

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domingo, abril 01, 2007

TERCERA DIMENSION DE LO INTEGRAL

Veamos ahora la dimensión individual de toda realidad personal (no olvidar que estoy siempre refiriéndome a las personas, centro de nuestra preocupación). Miremos primero su aspecto externo, que viene siendo aquí la tercera dimensión de las cuatro que he mencionado. Este ámbito es el más sencillo de reconocer, pues, en efecto, toda persona, a cuyo servicio debe estar cualquier política pública, es, individualmente hablando, un ser físico, un ser que ocupa espacio y se mueve en el tiempo. En este ámbito, una política integral de desarrollo debe cuidar que cada persona esté físicamente sana, o sea, que se encuentre siempre en la mejor forma posible para desarrollar sus actividades. La salud pública, que debe llegar a todos, ocupa aquí un lugar central. Buena medicina al alcance de cada habitante del país es lo que se necesita aquí. Lo mismo vale para la vivienda (cada habitante de este país debe tener una vivienda digna, con espacio suficiente para vivir y desarrollarse individual y colectivamente), la alimentación (no puede haber hambre y desnutrición, que no son siempre lo mismo), la educación (buena infraestructura para ejecutar la política educacional), etc. Precisamente como estamos ante la realidad más fácil de reconocer, suele suceder que terminamos quedándonos en esta dimensión, desatendiendo a las demás y cayendo en la chatura, en la unidimensionalidad. Esto quedará más claro cuando terminemos este periplo por las dimensiones de la persona y volvamos a mirar el conjunto de ellas. Lo veremos en los siguientes artículos breves con los que he querido tratar este tema nada de sencillo.

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