martes, enero 30, 2007

VALPARAÍSO Y PATRIMONIO (I)

La Dirección de la Corfo de la V Región acaba de publicar -inexplicablemente de un modo muy restringido- un libro que está destinado a convertirse en una verdadera joya editorial, tan pronto se difunda adecuadamente. Titulado "Este es mi patrimonio Valparaíso", fue realizado por un equipo dirigido por la mano experta de Allan Browne Escobar, arquitecto y diseñador de la Universidad de Valparaíso, hombre de larga trayectoria en la región, autor de numerosas obras dedicadas a este puerto. Lo acompañó en la tarea un equipo investigador y redactor que se encargó de nutrir el contenido del mismo. Entre ellos estuvieron mi hijo Sebastián Boye (antropólogo) y su esposa Francisca Gallegos (historiadora), que hicieron, si no me equivoco, todas las 25 entrevistas que componen la columna vertebral del libro. El resultado final se ha traducido en un hermoso producto, muy bien ilustrado, entretenido, que se lee y disfruta con mucha facilidad provecho. Aparte de las entrevistas, que giran básicamente en torno al tema patrimonial, llama la atención el excelente material gráfico seleccionado. Contiene en sí mismo mucha información. El trabajo de editar el material recogido también parece enorme y complejo. Cada entrevista ocupa cuatro páginas, incluyendo los gráficos (fotos antiguas y actuales, dibujos de muchos autores, cuadros de pintores conocidos...), y contiene, al final, una minireferencia biográfica sobre el entrevistado. Naturalmente, debe haber quedado cuatro, cinco, o más veces, material obtenido en estas entrevistas. Éstas consistían, según supe, en dos conversaciones que se grababan y después se escuchaban una y otra vez hasta lograr seleccionar lo que se refería al tema central, en cantidad tal, además, que después pudiera caber en el espacio dispuesto. ¡Toda una obra de arte! Hay que felicitar a todos por este logro, que acercará Valparaíso de un modo más profundo a todo el que se quiera elevar por encima de la mirada superficial del turista promedio o del ciudadano que no ve más allá de las cuatro paredes en las que vive. Hasta aquí la parte formal. Sobre el contenido de este libro excepcional, que es extremadamente interesante, hablaré en una segunda parte.

viernes, enero 26, 2007

BERNARDO LEIGHTON: A 12 AÑOS DE SU MUERTE

A doce años de la muerte de Bernardo Leighton, que se cumplen hoy, reproduzco la última página de mi libro "Hermano Bernardo", que, creo, conserva plena vigencia, se titula "¿NUEVO EPILOGO? O ¿NUEVO COMIENZO?". Este es el texto:

Es imposible imaginar que se ha ido para siempre. Tan fuerte es su presencia. Por eso quiero comenzar diciendo que él vive, que no ha muerto. No estoy haciendo un juego de palabras o cambiando arbitrariamente la realidad. Bernardo Leighton vive y seguirá viviendo, porque llevó una existencia en que hizo y dijo cosas perdurables, que no se olvidan ni se pierden, válidas para todas las generaciones, actuales y futuras.

Fue un hombre de esos que pasan pocas veces por la vida de los pueblos. Con vocación de servicio inspirada en Jesús de Nazareth y con gran religiosidad en su vida personal, no predicó con las palabras, aunque las haya usado con frecuencia, sino con el ejemplo permanente y abundante, practicado hasta el heroísmo, con pasmosa sencillez. Personalmente he llegado a la convicción de que conocimos a un auténtico santo, a la altura de los mejores que han llegado a los altares. Un santo laico, un santo en la política, probablemente como lo fue Tomás Moro en su tiempo, que fue proclamado santo por la Iglesia. No por casualidad surgió y se popularizó la imagen del "hermano". Ella fue acogida como exacta descripción de lo que irradiaba su persona. Fue hombre de fe y de infinito amor. Amó profundamente a su esposa y en la desgracia la cuidó con gran cariño y dedicación, sólo comparables a los demostrados por ella hacia él. "Mi único sufrimiento es la Anita", me dijo una vez, "porque no tenía por qué haber sido herida por balas que eran para mí". No pude contener mis propias lágrimas cuando vi sus limpios ojos empañados y sentí que se quebraba su voz.

No pensaba en sí mismo, sino en lo que le sucedía a los demás. Chile y su pueblo, en particular sus pobres, fueron su gran preocupación. Amó a su "patria del alma", como la llamaba con frecuencia, en forma incondicional. Vibró desde muy joven con los grandes acontecimientos nacionales, pero nunca dejó de verlos como un contexto compuesto de miles de historias concretas, con gente de carne y hueso, con sus grandezas y miserias, con su trascendencia y trivialidad. Pocos hombres han sido tan prácticos y aterrizados como Leighton, para buscar todo tipo de soluciones a cada problema que surgía en su camino, sin caer en el pragmatismo frío, amoral, sin ideales generosos. Pero prefería siempre hablar poco de estos últimos, tal vez porque los practicaba hasta el exceso y tenía fe en que de esta forma convencían más y se expandían mejor.

Asesinos intelectuales y materiales quisieron segar su vida, creyendo que así podrían eliminar los "peligros" de su accionar. No sabían de su inmortalidad. Leighton no sólo sobrevivió al atentado (que él llamaba "accidente") casi veinte años, sino que, con el silencio acusador que guardó disciplinadamente a partir de entonces, puso maravillosa y misteriosamente de relieve, que las armas que matan son muy débiles, virtualmente impotentes, para enfrentarse con la santidad, con la grandeza de alma, con la fuerza de la verdad encarnada en una persona como él. ¡Qué miserables y pequeños -que vulgares y rascas- se ven hoy, desde esta perspectiva, los que creyeron en el poder de la violencia criminal como medio para sacar a Leighton del camino! Esos pobres diablos no sabían de su inmortalidad, no la creían posible. Leighton, con su silencio, les demostró que aunque lo hubiesen matado en esa ocasión, habrían sido derrotados igual, tarde o temprano, porque lo que querían matar con él y en él, que era su decencia, su bondad, su clarividencia política, su defensa digna y corajuda de sus principios de libertad, justicia y solidaridad con los más desamparados, eso -¡sí, eso!- era inmortal e invencible. Más aún, ¡es inmortal e invencible!

¿Vive o no vive Leighton? Aunque he dicho muy poco de lo mucho que sé de su rica y ejemplar vida, creo que es suficiente para avalar la idea de que está vivo, de que está entre nosotros y de que no morirá nunca mientras existan en nuestro país gentes dispuestas a vivir sus ideales como él lo hizo.

lunes, enero 22, 2007

FREI: A 25 DE SU MUERTE

Ha pasado un cuarto de siglo desde su partida de este mundo y comienza a aflorar la verdad de su asesinato. Su hijo, el ex Presidente Frei Ruiz-Tagle y actual Presidente del Senado, ha sido categórico: "Frei Montalva fue asesinado". La familia, alguno de cuyos miembros intuían esto desde hacía tiempo (Carmen Frei, por ejemplo), espera, de aquí en adelante, avanzar más aceleradamente en la investigación y lograr el esclarecimiento judicial de su muerte. Para ello ha interpuesto una querella criminal encabezada por Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Los chilenos no terminamos de ver los límites a que llegó el régimen anterior. Aparte de las violaciones a los derechos humanos que afectaron a miles y miles de compatriotas, hoy vamos comprobando una criminalidad, incrustada en el corazón del régimen creado por Pinochet y sus colaboradores, altamente selectiva. Comenzó tal vez con Carlos Prats, ni más ni menos que el comandante en jefe del ejército que antecedió a Pinochet y que le propuso a Allende nombrarlo su sucesor, asesinado junto a su esposa en Buenos Aires; siguió con Bernardo Leighton y su esposa en Roma, que salvaron milagrosamente con vida de balas asesinas que los dejaron gravemente heridos; continuó con Orlando Letelier y su secretaria en Washington. Se sabe que el plan contemplaba terminar con la vida de Carlos Altamirano, Volodia Teitelboim, Gabriel Valdés y Radomiro Tomic. Pero no quedó ahí todo. Después hubo tres profesionales degollados, el asesinato de Tucapel Jiménez y la muerte de Eduardo Frei Montalva que, durante más de dos décadas, pasó como muerte natural o, a lo más, producto de alguna negligencia médica confusa. Estoy seguro de que esta lista puede ampliarse mucho más (como el caso de los jóvenes quemados y la muerte de José Carrasco y tres personas más después del atentado a Pinochet, etc.), pero, en sí misma, es suficientemente indicativa de un hilo conductor proveniente de alguna "inteligencia" que la diseñó, de una sola vez o poco a poco (da lo mismo), y que la ejecutó con fría resolución. Las revelaciones que van emergiendo demuestran que no puede haber olvido. Ni perdón, mientras no se sepa a quién habría que perdonar, pues los perdones en abstracto de nada sirven. Deberemos seguir atento los acontecimientos y, a la par, estar cerca de las familias de las víctimas, que siguen sufriendo por estos hechos. Sólo así iremos restableciendo una red de solidaridad que sane de verdad el tejido social y político chileno.

sábado, enero 20, 2007

Un avisito

En www.asuntospublicos.cl se ha publicado mi última versión de una primera aproximación histórica al golpe de 1973 y al dictador. El tema se ha puesto vigente de nuevo con la muerte de Pinochet. La página aludida está "linkeada" por mí, a mano derecha. Ojalá lo lea mucha gente y comience un debate.

viernes, enero 19, 2007

VUELVO A "BLOGGEAR"

Vuelvo a "bloggear". Sí. Después de una pausa, derivada en parte a que no tuve internet en casa durante un buen tiempo, quiero hacerme presente de nuevo con reflexiones sobre lo que vivimos en nuestro país. Son muchos los temas frente a los cuales es imperativo clarificar y precisar cosas, para alcanzar aproximaciones más certeras. Son demasiado fuertes las simplificaciones y las afirmaciones categóricas sin fundamento que se lanzan al aire como para callar. El debate nacional se ha hecho tan vulgar, que los ciudadanos desconfían crecientemente de casi todos los que opinan en los medios. La democracia, en lo más sustancial, se ha debilitado. Eso es malo y peligroso. Poco a poco, por eso, volveré a involucrarme en algunas discusiones, sin pretender saberlo todo, ni dar soluciones a cuanto tema trate. Por ahora, llego hasta aquí. Hasta muy pronto.