viernes, julio 29, 2005

LAS PROPUESTAS DEL FUTURO
Siguiendo con la reflexión sobre el mundo actual, reitero lo dicho el miércoles pasado al final: "las ideologías que conocimos en los años 30 a 70 del siglo pasado se formularon con la pretensión de organizar la sociedad industrial. Hoy han ido perdiendo vigencia en la forma en que fueron formuladas, porque la realidad de dicha sociedad ha ido cambiando cada vez más aceleradamente."
Para los efectos prácticos ya no estamos en la sociedad industrial. Rasgos de ese mundo seguirán siempre presentes, como quedan rasgos de la sociedad agrícola también, pero aspectos esenciales suyos, como las fábricas llenas de obreros no calificados y mal pagados que conformaban ese proletariado que Marx veía como la clase portadora de las esperanzas de la humanidad, están en vías de extinción. El progreso tecnológico, al continuar adelante, ha creado también procesos productivos cada vez más automatizados y robotizados, reemplazando progresivamente esa vieja mano de obra por máquinas manejadas por unos pocos expertos. Esto explica la pérdida de peso real en la vida política de aquellas fuerzas que se quedaron con el discurso antiguo y no se dieron el trabajo de mirar la realidad tal cual se les presentaba. Hoy no salen de una condición muy minoritaria.
Lo dicho nos ofrece una pista importante: no hay todavía respuestas definidas y con perfiles propios al macrofenómeno de la globalización.
En 1985, o sea, hace veinte años, Michail Gorbachov asumió el mando supremo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URSS. Con gran audacia, hizo un intento de "salvar" el socialismo existente mediante la aplicación de dos ideas-fuerza, de las que debían desprenderse enormes consecuencias: 1) la "perestroika", o reforma de la economía y del Estado, y 2) la "glasnost", o transparencia, o también apertura y democratización. Todos sabemos lo sucedido. Era demasiado tarde. La realidad de fondo ya era otra en el mundo. El socialismo realmente existente había sido creado para una situación que estaba siendo superada en el mundo desarrollado e, incluso, en algunas partes no desarrolladas, pero emergentes. Más que fracasada, entonces, la respuesta soviética estaba superada, por totalitaria y por haber desaparecido la sociedad para la que había sido pensada y desarrollada.
En 1989 se produjo la caída del Muro de Berlín y el colapso de los regímenes comunistas de Europa del Este. En Estados Unidos numerosos dirigentes cantaron victoria, pues se creyeron triunfantes absolutos, llegando a proclamar el propio "fin de la Historia" (Francis Fukuyama). El mundo había resuelto sus contradicciones y un solo sistema había triunfado ¡para siempre!
Personalmente, nunca vi las cosas así. Había seguido muy de cerca los procesos europeos y mundiales y pensaba que los sistemas totalitarios habían dejado de ser viables ante los "forados" abiertos por el avance de las tecnologías comunicacionales. Desde mi llegada a Alemania en 1973 y mis reiteradas visitas al Este de Berlín, creí que el régimen allí instalado se desplomaría. No tenían como atajar los vientos de libertad que se filtraban por una frontera física que ya no servía. Pero tampoco creí en una victoria absoluta norteamericana. Lo sería por un momento, quizá, pero su camino no me parecía capaz de asegurarle bienestar a su propia población y menos al resto del mundo.
Me atrevo a decir que desde 1990 hasta ahora estamos todos reconcursando. Esto es, todos andamos buscando las respuestas para la nueva realidad, que ya no pueden ser las mismas de antes. Esto explica, en parte, los debilitamientos espirituales, los desalientos y hasta los desplomes sufridos por prácticamente todas las fuerzas políticas contemporáneas, generando inseguridad en sus adherentes.
Después de estos capítulos introductorios, redactados a manera de pinceladas, proximamente nos internaremos, por fin, en el espinoso panorama político chileno. Tener como telón de fondo lo que hemos reseñado me parece fundamental.

jueves, julio 28, 2005

"INFORME ESPECIAL" DE TVN
Anoche vi este programa de Televisión Nacional y su reportaje recordando la tragedia acontecida hace un año en la Embajada de Chile en Costa Rica, en que murieron cuatro personas, tres chilenos (dos diplomaticos de carrera y una funcionaria enviada desde Chile a organizar actos en memoria de Neruda) y un guardia costarricense que los asesinó y después se suicidó. Me quedaron dando vueltas muchas cosas. Desde luego, las declaraciones de Guillermo Yunge, amigo a quien aprecio y conozco muy bien, dejaron para el debate algunos puntos importantes. Después, el triste y amargado padre de una de las víctimas descargando afirmaciones a granel, sin ofrecer prueba alguna, transitó, creo, un peligroso camino. Se mostraron también imágenes tomadas cuando se pudo entrar a la embajada y se encontró el doloroso espectáculo de los cuatro cadáveres y manchas de sangre en diversos lugares. Confieso que todo el conjunto me golpeó fuertemente y quiero hacer algunos comentarios.
Comencemos por Yunge. Creo que merece todo el respeto del mundo. Tanto por sus declaraciones, como por los hechos conocidos, está claro que también es una víctima. Lo sucedido supera cualquier previsión. Estuve con él en Chile después de la tragedia. Se le notaba afectado y no lo ocultaba. No era para menos. Querer cargarle a él responsabilidades por lo sucedido, constituye un ejercicio macabro e inútil. Los muertos no van a resucitar y la amargura por ello no va a desaparecer por esta vía.
Se dicen muchas cosas incoherentes en este asunto. Por ejemplo, se le reprocha a Yunge que no haya viajado a Chile con los difuntos para acompañarlos en sus funerales. Se ignora a la Cancillería, que le dio instrucciones expresas de quedarse en Costa Rica, y a las circunstancias que justificaron la medida (un triple crimen y un suicidio en la embajada que estaba a cargo precisamente del embajador Guillermo Yunge). Era imposible imaginar otro escenario y otras instrucciones, por ejemplo, autorizando al embajador para viajar a Chile, mientras en su embajada se investigaban los sucesos. Las autoridades costarricenses tal vez no lo hubiesen entendido. La Cancillería actuó bien y el embajador también.
Se deslizan, en medio de las emociones, viejas opiniones que nada tienen que ver con lo sucedido, como afirmar que un embajador de carrera habría actuado mejor. Aquí emerge un debate que sólo muestra posturas fuera de lugar. En algún momento me referiré más detenidamente a este asunto. Aquí sólo quiero decir que la pura mención del tema, en relación a los acontecimientos concretos comentados, luce sospechosa, pues aparece como aprovechamiento obsesivo de cualquier situación para plantear una posición corporativa. Es demasiado. El tema hay que discutirlo de otra manera. Nunca en este contexto.
Debo hacer una referencia al padre de una de las víctimas. Imposible no conmoverse con su dolor y sus lágrimas. Sé lo que es perder un hijo, porque perdí una hija de 36 años por los mismos días en que él perdía el suyo. Pero llegar a las afirmaciones que él hizo, pone en evidencia síntomas claros de una mente muy alterada. Acusa a la esposa de Yunge de practicar ¡"magia negra"! Perdón, pero eso derrumba cualquier reproche, por justificado que pudiera ser.
Se deslizaron también varias insinuaciones insidiosas en el reportaje respecto a la conducta privada y hasta profesional de las víctimas. Es de esperar que no se continúe por ese camino, que sólo puede traer más dolor a los deudos. Los muertos, repito, no van a resucitar. Más aún: debiera ser consolador pensar que ellos ya no están sufriendo. Somos los que quedamos vivos en este mundo los que siempre seguimos llorando. Eso es muy respetable y comprensible por los apegos que llevamos con nosotros. Pero, si los deudos creemos de verdad que hay un nuevo despertar a la vida eterna después de la muerte, deberíamos pensar entonces que los fallecidos están mejor que nosotros, pues ya deben estar en una dimensión donde sólo pueden actuar las manos de Dios.

miércoles, julio 27, 2005

MIRADA HISTÓRICA DE CONJUNTO
Continuando con las reflexiones en torno a la búsqueda de un camino futuro, quiero hoy bosquejar otro aspecto fundamental a tener en cuenta, a saber, la mirada histórica de conjunto que es necesario dar para tratar de entender la naturaleza profunda de lo que sucede hoy. Recurriré a ideas propias desarrolladas en diversos momentos y que sigo considerando válidas.
Hablábamos del "Consenso de Washington de 1989", que define en cierta forma los elementos esenciales del también llamado "pensamiento único" o, más popularmente, "neoliberalismo". Es bueno aclarar, como dice Luis Dallanegra Pedraza (autor de lista de diez puntos ya citada), que "el denominado "consenso" en realidad, fue un documento adoptado a partir de una reunión realizada en Washington en 1989, entre académicos y economistas norteamericanos, funcionarios de gobierno de ese país y funcionarios del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional." O sea "no fue un consenso de la "comunidad internacional" en un debate amplio sobre las necesidades y las opciones del mundo hacia el Siglo XXI." El mismo autor opina que el famoso listado encarna "10 instrumentos de política para llevar adelante el objetivo de un sistema capitalista mundial basado en la libertad del mercado para operar, donde predominan los más "aptos", en una especie de "darwinismo social", donde la vida social se concibe gobernada por las leyes de la competencia y del conflicto, llevando a una selección natural de la supervivencia del más apto y a la eliminación del más débil."
Se puede compartir o no este juicio, que muestra, en todo caso, el lugar de los pobres ("débiles" ¡a eliminar!), pero lo cierto es que el mencionado consenso no nació de la nada, sino que vino a cristalizar o precisar ideas que venían siendo trabajadas desde hacía mucho tiempo. Aunque el hecho es conocido, ha quedado como perdida en el pasado la acción de Friedrich von Hayek al fundar la Sociedad Mont Pelerin en 1947. Este autor alemán y la mencionada Sociedad, diseñaron en la década de los 40 del siglo XX los principios llamados hoy "neoliberales". Este dato es importante: el pensamiento neoliberal no nace con la caída del Muro de Berlín en 1989. Tampoco es hijo de la globalización. Es un hijo algo tardío de la era industrial y del debate entre las diversas ideologías que trataban de dominarla y organizarla. Y esto nos lleva precisamente a tratar de ver lo sucedido en ese período, antecedente inmediato y directo del período en que estamos ahora.
Diré ahora sólo lo esencial: la ideologías que conocimos en los años 30 a 70 del siglo pasado se formularon con la pretensión de organizar la sociedad industrial. Hoy han ido perdiendo vigencia en la forma en que fueron formuladas, porque la realidad de dicha sociedad ha ido cambiando cada vez más aceleradamente. Los ejemplos y una explicación más detallada de este fenómeno quedarán para más adelante. Ahora lo que tenemos por delante cada día más es una emergente Sociedad de la Información y del Conocimiento en un mundo globalizado. Para esta realidad aún no existen respuestas claras y por eso, en parte, se sigue recurriendo a las viejas herramientas ideológicas.

martes, julio 26, 2005

¿COMO ENCONTRAR UN CAMINO?
Siguiendo con el tema de ayer, tenemos que preguntarnos si hay algún modo de encontrar un camino que saque a la humanidad del atolladero en que está. Esto obliga a establecer algunas premisas previas, que den sustento y perfil a lo que se busca. Veamos:
  1. El llamado "pensamiento único", cristalizado en el "consenso de Washington" y que hoy es denunciado bajo el nombre de "neoliberalismo" no es la solución. Está fracasando todos los días.
  2. No obstante, cualquier construcción futura debe partir del mundo que ese pensamiento configuró, pues es a partir de su herencia que se construirán las nuevas soluciones y se harán las correcciones correspondientes. No hay marcha atrás en la evolución política y social.
  3. Lo anterior obliga a respetar aquellos aspectos positivos que el pensamiento fracasado deja, pues, a pesar de ello, acertó en algunas críticas a lo que había antes (macrocefalia del Estado, con simultánea minusvaloración de la empresa privada, por ejemplo).
  4. En suma, en el fondo se trata de construir sobre todo lo positivo que encontremos, eliminando, sin violencia (¡que sólo agravaría las cosas!), lo negativo, lo que objetivamente sea un obstáculo al desarollo humano.

Este sólo esquema da una idea del trabajo a realizar. Hay que comenzar por un estudio cuidadoso y crítico de los puntos fundamentales del mencionado "consenso", con el fin de discernir lo positivo de lo negativo y, también, sus muchas carencias.

Adelantemos algo. Citaré una enumeración de los postulados del mencionado "consenso". Ellos serían:

1) Establecer una firme disciplina presupuestaria o fiscal. 2) Cambiar las prioridades del gasto público, pasando de áreas menos productivas a educación, salud e infraestructura. 3) Llevar a cabo una reforma fiscal estableciendo bases imponibles más amplias (más contribuyentes) y tipos marginales moderados (menos exentos). 4) Liberalización financiera, especialmente mediante el establecimiento de tasas de interés positivas determinadas por el mercado. 5) Búsqueda y mantenimiento de tipos de cambio competitivos (de preferencia una política de cambio absolutamente libre). 6) Desarrollar políticas de liberalización comercial. 7) Mayor apertura a la entrada de inversiones extranjeras directas. 8) Privatización de empresas públicas. 9) Llevar a cabo una profunda desregulación (o disminuir al máximo la intervención del Estado en la marcha de la economía nacional). 10) Garantizar la protección de la propiedad privada.

(Este punteo, completado con otras fuentes, está tomado de: DALLANEGRA PEDRAZA, Luis, El Consenso de Washington de 1989, http://www.geocities.com/luisdallanegra/Amlat/conswash.htm)

Hay otras exposiciones al respecto y hasta enumeraciones distintas, pero creo que esta da una idea de lo que se trata. Hay principios impecables, como el de la disciplina fiscal o el de la priorización del gasto público en educación y salud, al lado de otros muy cuestionables, en los que ronda como fantasma un claro fundamentalismo de mercado. Pero este esquema es el que se ha aplicado y se aplica en el mundo y sobre él hay que hacer el balance de lo positivo y negativo.

Un estudio paralelo tiene que profundizar el fenómeno de la globalización, que, por estar dominado básicamente por el pensamiento neoliberal, se tiende a creer que ambos son inseparables e idénticos. Eso es un error. La globlización es un macrofenómeno, como lo fue la revolución industrial. En su seno dan y se seguirán dando luchas ideológicas por dominarlo y organizarlo. En algún momento profundizaremos más en ese aspecto que considero clave para la búsqueda en aquí planteada.

lunes, julio 25, 2005

LA SITUACIÓN GENERAL DEL MUNDO En 1990, o sea, hace 15 años, el teólogo Hans Küng citaba un informe de ese mismo año que describía la situación del mundo de la siguiente forma:
  • Cada minuto gastan los países del mundo 1,8 millone de dólares en armamento militar.
  • Cada hora mueren 1.500 niños de hambre o de enfermedades causadas por el hambre.
  • Cada día se extingue una especie de animales o de plantas.
  • Cada semana de los años 80, exceptuando el tiempo de la Segunda Guerra Mundial, han sido detenidos, torturados asesinados, obligados a exilarse, o bien oprimidos de las más variadas formas por regímenes represivos, más hombres que en cualquier otra época de la historia.
  • Cada mes el sistema económico mundial añade 75.000 millones de dólares a la deuda del billón y medio de dólares que ya está gravando de un modo intolerable a los pueblos del Tercer Mundo.
  • Cada año se destruye para siempre una superficie de bosque tropical, equivalente a las tres cuartas partes del territorio de Corea.

La pregunta que surge ante un cuadro semejante de la realidad existente 15 años atrás es si las cosas han mejorado o empeorado. Por desgracia, es casi seguro de que en ningún rubro hay avances positivos. Más bien, en todos estos aspectos los males descritos parecen haber aumentado.

¿Es viable el mundo, si no se detienen estos procesos, y muchos otros de naturaleza semejante? No. No lo es. Por esta vía la especie humana está condenada. Las generaciones jóvenes y las que siguen llegando se están encontrando con una verdadera bancarrota planetaria.

Los chilenos tendemos a no ver esta realidad, encerrados como estamos en una especie de isla que hasta hoy, a pesar de los progresos en el transporte y en todo tipo de comunicaciones, sigue existiendo y condicionando nuestra manera de pensar y nuestra forma de ver el mundo.

Será necesario reflexionar más sobre esta situación y ver si existe algún camino para revertir estas tendencias negativas.

sábado, julio 23, 2005

¡AHORA EL TERROR GOLPEA A EGIPTO!
Suma y sigue. Egipto, país árabe, recibe ahora el golpe del terror. Hay ya casi un centenar de muertos y centenas de heridos.
Este tema no nos abandonará tal vez por décadas. Como latinoamericano sugiero hacer un aporte desde nuestra zona, estudiando lo que tenemos acá. Puede parecer menos, pero es responsabilidad nuestra hacer este esfuerzo específico, porque hay brotes importantes, con características propias, a erradicar. En Colombia, por ejemplo, hay un abanico de manifestaciones terroristas que muchas veces se entrecruzan entre sí. Hay terrorismo de los narcotraficantes (¡recordar a Pablo Escobar!), de los guerrilleros de izquierda y de los paramilitares de derecha, para decirlo brevemente. Aunque existen avances hacia una superación del problema, todos saben que, por desgracia, falta mucho todavía. Argentina ha sufrido atentados terroristas (AMIA, por ejemplo). En Perú no ha desaparecido del todo Sendero Luminoso. La inestabilidad política sigue presente y hay violencia en varias partes más (Haití, entre otros, no debe ser olvidado...).
Si en alguna instancia propiamente latinoamericana y caribeña, decidida de común acuerdo, se radicara el estudio de nuestra realidad en esta materia y se intentase rastrear a fondo las causas que la producen, se podría progresar mucho en la búsqueda de soluciones verdaderamente eficaces.

UNA VÍCTIMA MÁS, ¡POR ERROR POLICIAL! ¡PERO SEGUIRÁN "TIRANDO A MATAR"! La policía británica reconoció el error de matar a una persona confundiéndola con un posible terrorista. Luego se supo que se trataba ¡de un ciudadano brasileño! ¡Católico, además! Pese a ello, ratificó su decisión de que en su lucha antiterrorista seguirán, si lo estiman necesario, "tirando a matar". ¿Qué tal? A mi juicio, estos hecho ponen en evidencia el lado débil de la represión instantánea y nerviosa, que, en este caso, la convierte prácticamente en una verdadera ejecución basada sólo en apariencias. Con el argumento de querer velar por la seguridad de las personas y de evitar más muertes inocentes, ¡se mata precisamente a un inocente! ¡Y pese a ello, anuncian que seguirán "tirando a matar"! Veo a la policía británica atrapada en la trampa tendida por los terroristas, arrastrada a su propio terreno, metida en la fatal espiral ascendente de violencia, odio y hasta instintos discriminatorios y racistas. No es un buen augurio.
En Brasil hay conmoción. El canciller Celso Amorim, que viajaba a Londres dice que va a pedir explicaciones, mientras el gobierno inglés tiene que reconocer el hecho como "tragedia"... En suma, una complicación más.
Lamentablemente caminamos hacia polarizaciones demasiado peligrosas. Advertirlas a tiempo es un acto de responsabilidad. Por eso, no hay que callar.

viernes, julio 22, 2005

CAMBIANDO DE TEMA: LAS PRESIDENCIALES EN CHILE A pasos agigantados se acercan las elecciones presidenciales. Estamos en la "hora de las encuestas", que oficialmente cada candidatura trata de mostrar como favorables a sus intereses, pero donde extraoficialmente son miradas con más objetividad y hasta temor por los dirigentes respectivos. ¿Cómo se ven las cosas en este momento? Más o menos así:
1.- Las posibilidades son buenas para Michelle Bachelet, pues estas "instantáneas", como son las encuestas, muestran en su caso una tendencia hasta aquí muy sólida. Hay un electorado "duro" a favor de ella, que supera ampliamente el 40%.
2.- La situación, en este momento al menos, es pésima para la Derecha, pues sus candidatos ni siquiera suman sus apoyos a la hora de una segunda vuelta. (Tampoco con los votos de la raquítica candidatura Hirsch sumarían, lo que, por lo demás, es imposible y lo menciono exclusivamente para subrayar el difícil panorama derechista.)
3.- La candidatura de Lavín, parece, no va a levantar mucho más, porque trae detrás de sí muchos aspectos que no lo disminuían en la elección presidencial pasada y que ahora le están pesando más allá de su entusiasmo y de sus intenciones. En efecto, hoy se presenta al electorado tras una mala gestión alcaldicia en Santiago, contra la buena que mostró entonces como alcalde de las Condes. Le pesa también un claro desgaste como candidato, que ya no puede plantear el "cambio" como eje de su campaña.
4.- Piñera no se lleva a la DC tras sí, sino, a lo más, un segmento mínimo. El grueso del electorado DC apoyará con decisión a la candidata concertacionista, como lo pidieron Soledad Alvear, al retirarse ésta, y Adolfo Zaldívar. Piñera sigue siendo visto como candidato de los ricos y de la derecha empresarial. No se ve por dónde podría llegar a los sectores populares, por ejemplo, a aquellos segmentos donde ha podido llegar la UDI.
5.- Parece que todo lo dicho no exagera y es realidad sólida. Falta ahora la campaña. A menos que sucedan hechos demasiado fuera del control de los actores, todos ellos se esforzarán al máximo. En ese caso, la posición de partida no se alteraría mucho.
6.- Pero no quiero pasar por encima del árbitro final, esto es, el ciudadano con derecho a voto. Él dirá la última palabra en Diciembre y, eventualmente, si llegara a haber segunda vuelta, en los primeros días de enero del 2006.

SIGUE EL TERRORISMO
"En nombre de Dios, paren", les imploró la vez pasada Benedicto XVI. No pararon. Ayer volvieron a la carga en Londres con cuatro bombas que fallaron, estallando por suerte sólo sus detonadores. Por eso no mataron y hubo un solo herido. En cualquier caso, fue, otra vez, una señal de que esto seguirá.
El tema continúa, pues vigente. ¿Qué hacer? Parece evidente que la actual política antiterrorista no da resultados. Incluso parecería estar contribuyendo a incrementar el mal en vez de hacerlo retroceder. ¿Más represión? ¿Más controles? ¿Así, indefinidamente? Obviamente, ubicar a los responsables y aplicarles el peso de la ley es indispensable. Hay que impedir la impunidad en cualquier clase de delito. Pero no es suficiente. Se necesita mucho más.
Blair dijo una verdad ayer: hay que combatir la ideología terrorista que alimenta la acción terrorista. Esto apunta a buscar las causas del terrorismo y comenzar a atacar también ahí, lo que abre una lucha en otro campo, que, a la larga, debería ser la vía más fructífera. El terrorista, antes de llegar a la acción, como cualquier ser humano que desea hacer algo, piensa, justifica y elabora en su cabeza lo que va a hacer. Ahí reside una causa, aunque no sea la primera, de su actuar. ("En el principio era el Verbo", se lee en la Biblia. Por su parte, casi dos milenios después Lenin dijo con otras palabras algo parecido: "No hay acción revolucionaria sin teoría revolucionaria".) La teoría precede a la acción. Hay que discutir la teoría, entonces.
Ardua y larga tarea hay por delante antes de que retroceda el terrorismo en el mundo. Ojalá seamos capaces de ver con claridad.

jueves, julio 21, 2005

AGRADECIMIENTOS

Agradezco, en nombre de mi familia y en el mío propio, las muestras de afecto y solidaridad recibidas al recordar a Marcela (en la imagen) en el segundo aniversario de su muerte. Algunas se produjeron aquí, otras fueron enviadas a mi correo electrónico (otboysot@gmail.com) y muchas más se manifestaron por sendas llamadas telefónicas. Una vez más sentimos, como familia, un gran apoyo. Gracias, mil gracias.

miércoles, julio 20, 2005

ALGUNAS REFLEXIONES RECORDANDO A MARCELA
Al cumplirse el segundo año de su muerte trágica en Venezuela el 20 de julio del 2003, son muchas las cosas que quisiera transmitir a tantos y tantos amigos que nos han acompañado durante este tiempo pasado. Marcela, nuestra segunda hija, presintió con anticipación que moriría joven, pero no imaginó la forma y la fecha. Me lo dijo unos meses antes, con una paz interior que me hizo pensar en ese instante que lo decía como metáfora o, quizá para enfatizar una idea, y, en todo caso, sin una convicción aparente. Hoy pienso que lo decía en serio. Por lo demás, lo anunciado sucedió y eso es lo que importa.
Esta vez quisiera compartir algo de lo que hemos aprendido, más allá del dolor de la separación, definitiva en esta tierra, que es imposible de describir.
El tema de los temas, que se nos hizo presente en forma definitiva, fue el de la muerte y el morir. Desde entonces no hemos dejado de hablar de él y de admirarnos de lo mal preparados que estamos en el ámbito de nuestra cultura para enfrentarlo. Esta experiencia con nuestra hija, unida, en un análisis mayor, a la muerte de otros seres queridos, como mi hermano Gustavo el 4 de marzo de 2003, nos puso frente a circunstancias de las que nadie se escapa, pero que, sin embargo, en la práctica, terminamos siempre manejando casi como si no existieran. Nos paraliza una especie de miedo a mirar de frente y sin ocultamientos el hecho de la muerte. Y cuando sucede quisiéramos negarlo.
Creo que nunca habíamos reparado en esto con la claridad con que se nos presentó ahora. Yo me encontraba en Panamá cuando recibí la noticia del accidente fatal. Quien me dio la noticia por teléfono no quería comunicármela por esa vía y me pedía ir a encontrarme con él para hacerlo acompañado de otras personas. Tal vez temía un colapso mío por infarto, o algo semejante. Ante mi insistencia enérgica, finalmente me soltó la noticia. Es cierto que el impacto fue enorme, pero en ningún momento me flaquearon las fuerzas. La conmoción física fue mínima al lado de la espiritual. Nina María, a su vez, estaba en Alemania visitando hijos y nietos. La noticia la recibió más brutalmente, quizá, pero con enorme entereza. Tuvo la increíble fortaleza de sentarse unas horas después ante un computador y redactar una carta a sus hijos y a mí con sus primeras reflexiones, llenas de amor y sabiduría. Como núcleo familiar estábamos dispersos al producirse la muerte de Marcela. Además de su padre en Panamá y su madre en Alemania, dos de sus hermanos estaban en Chile, otros dos en Venezuela (¡y tampoco en Caracas, sino en Mérida e Isla Coche! ) y tres vivían en Alemania. Como consecuencia de esto, los leales y excelentes funcionarios y amigos que trabajaban en el SELA conmigo tomaron en sus manos todo lo que hubo que hacer en las primeras horas de aquel domingo. Yo pude llegar recién 24 horas después a Caracas, debido a la falta de vuelos más convenientes. Amigos personales muy queridos, que también intervinieron generosamente en el tema, sugirieron enfáticamente que yo no debía ver directamente a Marcela muerta, que era preferible que conservara el recuerdo de ella viva, etc. Así, sólo ví su urna instalada y velada en una capilla ardiente donde ya se había reunido mucha gente cuando por fin pude llegar hasta ahí. No opuse resistencia a dicha idea, porque, como íbamos a trasladar a Marcela a Alemania, para cremarla allá de acuerdo a su voluntad expresa (¡habló de ello varias veces en sus últimas semanas de vida!), y sepultarla en Heidelberg muy cerca de sus tres hijos, supe desde el comienzo que la iba a poder ver e iba a despedirme de ella de un modo más vital y directo, como quería hacerlo y como sucedió por suerte. Pero, a pesar de ello, en Alemania todo fue también tan aséptico como en Venezuela (o como hemos experimentado el tema en Chile), de modo que, salvo verla y después despedirla en una hermosa ceremonia que hicimos, todo transcurrió fuera de nuestros ojos. Una empresa se encargó de todo.
Pero, a pesar de lo narrado, la muerte de Marcela terminó siendo un encuentro espectacular con ella, con lecciones que nos dejó y con gestos suyos que adquirieron nuevas dimensiones. De hecho, desde entonces cada día la hemos sentido más cerca que el día anterior, inclusive a través de manifestaciones misteriosas que nosotros interpretamos como su nueva forma de hacerse presente, desde una dimensión ignota, pero real y llena de vida plena, infinitamente más completa que la nuestra.
Una señal increíble ha sido el arcoiris. Desde que un buen amigo mexicano, Alberto Ruz, nos regaló un libro suyo titulado "Los guerreros del arcoiris", este bello fenómeno de la naturaleza se nos hizo presente de un modo especial. Al propio autor del libro, que le sigue la pista al uso simbólico del arcoiris en la historia humana, le conté que en Chile había sido el símbolo de la oposición democrática a Pinochet y que había sido utilizado en el famoso plebiscito del 5 de Octubre de 1988 en que triunfó el NO. Tomó nota de ello, pues no lo sabía. Marcela, por su parte, utilizaba la imagen en sus conversaciones. Muerta ella tuvimos la emocionante experiencia de ver numerosos arcoiris, en diversas circunstancias y con una frecuencia inusual. Escuchando tiempo después una grabación con palabras suyas dichas no más de dos horas antes de morir apareció un pasaje donde ella le decía a alguién que si quería firmemente ser arcoiris ¡se convertiría en uno de ellos! ¿Lo quería también ella? Es muy probable. Podrá ser todo esto muy subjetivo o iluso, pero no fue una experiencia individual, sino comunitaria, que abarcó a muchos miembros de nuestra familia más cercana.
Siguiendo con algunos recuerdos, como lo relaté en la despedida a nuestra hija en Alemania, ella estaba dedicada en el último tiempo a estudiar y a difundir una idea central que veía como clave para llegar a tener más paz y armonía en un mundo que se le aparecía, ¡con cuánta razón!, como atravesado por la violencia y el desorden. La idea se refería al calendario que nos rige y era de gran simplicidad y lógica. En efecto, es muy difícil, por no decir imposible, explicar lo que tenemos: meses de 28, 29, 30 y 31 días configuran años sin armonía alguna con hechos naturales del universo. Para un creyente de cualquier credo ese desorden debiera aparacérsele como contradiciendo la armonía de la creación divina. Inspirándose en una idea que tuvieron los mayas, de tomar los ciclos de 28 días de la luna (los mismos del ciclo menstrual de la mujer, entre otras cosas), Marcela se integró a un movimiento que trabajaba (y lo sigue haciendo) por el cambio del calendario. Estudió intensamente el tema y comenzó a dar charlas sobre esto. Estaba en esto cuando murió. Por mi parte, no he estudiado a fondo esta materia, pero señalo su plena legitimidad y necesidad. La paz hay que buscarla por todos los medios pacíficos habidos y por haber. Un calendario más armónico puede hacer una contribución importante a la paz del mundo. No será lo único que vaya a instalarla en el mundo, pero su aporte podría ser considerable si lo acompañamos con una adaptación más natural a los hechos que configuran nuestro entorno vital. Sería más fácil el respeto a la naturaleza. ¡Y muchas cosas más!
En definitiva, quiero esta vez quedarme con su paz interior, que ella irradiaba, y con su esperanza en un futuro mejor, por el que estaba trabajando. También con la armonía que buscaba en ella misma y en la sociedad entera. Con su vitalidad, entereza y alegría de vivir que se manifestaron a pesar de las muchas dificultades que debió atravesar en algunos momentos de su vida. Finalmente, quiero quedarme, igualmente, con su infinito amor a la creación entera, de la que se sentía co-responsable. Quería contribuir a dejarle un mundo más humanos a sus hijos y a los hijos de sus hijos. Pensaba en las generaciones venideras y en su futuro.
Respecto a la muerte misma y al morir, la partida de Marcela nos ha motivado a leer y a aprender algunas cosas al respecto. La muerte accidental es la más difícil de aceptar, porque, a primera vista, no tiene explicación. La que se produce, en cambio, por extinción natural, a través de una enfermedad producto de una edad avanzada, es la más aceptada. La primera, si es instantánea, no plantea problemas respecto al proceso del morir, que es inherente a la mayor parte de las muertes por enfermedades prolongadas. Por las experiencias que hemos tenido en la vida, incluyendo la partida de nuestra Marcelita, hoy nos damos cuenta de que casi todos recibimos la muerte como una desgracia y que no estamos preparados para ningún tipo de fallecimiento. En nuestras conversaciones hemos pensado que esto se debe, en último análisis, a nuestros apegos, al acto de aferrarnos a los que se nos van. No es un problema de ellos, sino de nosotros, los que quedamos con vida hasta que nos llegue el turno. En efecto, el fallecido ha concluído su ciclo vital y todos los problemas terrenales se han acabado para él. Después de muchas reflexiones y comunicaciones pensamos que, aún para el no creyente, la muerte debiera verse como el fin natural de un ciclo y, sobre todo, como una culminación necesitada de un balance, donde muchas cosas dolorosas de la vida llegan a su fin y donde las alegrías compartidas quedan como un legado para los que vivirán todavía un tiempo más. Y el creyente debiera, a su vez, ser consecuente con lo que dice creer: debería ver la muerte con mejores ojos, superando sus apegos que muchas veces lo hacen comportarse como si sólo creyese en la vida terrenal y nada más.
No sé. Leo lo escrito y creo que no he logrado poner todo lo sentido en estos dos años. Como soy hijo de esta cultura que sometemos con frecuencia a crítica, pienso en Marcela y me duele su ausencia. Son mis apegos los que me hacen sentir así. Pero a dos años de su muerte, pienso que ella nos ha enseñado y hecho saber que está muy bien y que nos está acompañando hoy y nos acompañará siempre. Así sea.

lunes, julio 18, 2005

UN AVISO Pasado mañana, miércoles 20 de julio, se cumplen dos años del fallecimiento de Marcela Boye, la segunda hija de ocho que tuvimos con Nina María. Estoy escribiendo algo, una vez más, para recordarla y reflexionar, y también, para transmitírselo a todos los parientes, amigos y conocidos nuestros y de ella que nos han acompañado en este tiempo. Lo publicaré en este sitio, porque se ha transformado en un lugar de fácil acceso para todos. Quedan invitados a leerlo y a dialogar en torno a él.

sábado, julio 16, 2005

REFORMAS CONSTITUCIONALES: LO QUE PERMANECE PENDIENTE Mucha alegría he sentido al ver finalmente aprobadas en el parlamento reformas constitucionales que democratizan la Carta Fundamental de un modo bastante decisivo. El fin de los senadores designados y el reforzamiento de la autoridad presidencial frente a las Fuerzas Armadas constituyen dos pasos esenciales, entre otros. Permanece, sin embargo, pendiente la eliminación del sistema electoral binominal, que tanto distorsiona la vida de los partidos y excluye a sectores que debieran estar en el parlamento. El Ministro del Interior, Francisco Vidal, dijo hablando como Vice-Presidente de la República (Lagos andaba en Australia), que esa decisión se tomaría seguramente en el próximo gobierno. Al respecto sólo quisiera decir que ese anhelo hay que expresarlo desde ahora y agregar como imperiosa la urgencia de debatir el conjunto del sistema electoral, pues, al parecer, ahí hay un problema que se va agrandando poco a poco, a medida que el tiempo avanza y que puede minar la fortaleza del sistema democrático. Me refiero a la indiferencia electoral de los jóvenes y, hay que reconocerlo, de muchos no tan jóvenes. Personalmente, creo que le falta modernidad al mecanismo. La cédula única fue, en su tiempo, un avance imaginativo para acabar con el cohecho dentro del sistema manual que hasta hoy existe. Ahora, sin embargo, el problema es hacer las votaciones lo más expeditas posibles, cosa que el sistema actual no favorece. Chile, que aparece tan avanzado en América Latina en materia de sociedad de la información, debería debatir abiertamente si ha llegado (¿o no?) la hora de buscar, entre otras cosas, métodos confiables de votación electrónica. Si el ciudadano chileno tuviese a disposición un sistema expedito y automático de inscripción electoral (por ejemplo, como el que existe en Alemania), si pudiese votar aunque viva en el extranjero (como hacen ya muchos países), si pudiese votar por correo en casos de imposibilidad de concurrir al lugar de votación (práctica también ya conocida y utilizada sin problemas en países avanzados) y si, al concurrir a emitir su sufragio, no tuviese que hacer largas y tediosas colas, votara electrónicamente y a las 18,30 del día de la elección tuviese el grueso de los resultados, creo que se avanzaría mucho en incorporar a más chilenos al proceso electoral, elevando así la calidad democrática del mismo. El camino es dar las máximas facilidades para asegurar la participación más amplia posible. La legitimidad entera de la democracia se resiente cuando la participación disminuye y eso ha estado sucediendo en nuestro país. El tema es más largo y complejo, ciertamente, y justificaría discutirlo en instancias académicas a través de talleres y seminarios, con el objetivo de decantarlo, difundirlo y construir poco a poco un consenso nacional. Por ahora, aquí queda planteado para iniciar un debate que podríamos considerar como preliminar. Si lo hacemos sin prejuicios y sólo buscando mejorar nuestro sistema, no sólo habremos culminado con un verdadero punto final la larga y difícil transición, sino que también habremos sentado las bases para nuevos saltos adelante en nuestro desarrollo. Si ahora vamos bien con las reformas que se han hecho, en el futuro debemos ir mucho mejor si eliminamos injusticias, exclusiones y obstáculos que carecen de todo fundamento.

jueves, julio 14, 2005

RECOMIENDO UNA PAGINA WEB Hay muchas páginas WEB de interés que podría recomendar, pero ahora, porque contiene muy buenos aportes al debate nacional, quiero mencionar el sitio www.asuntospublicos.org De vez en cuando he enviado escritos míos que se han publicado. Es una creación del cientista político Genaro Arriagada (ex ministro, ex embajador, escritor, con larga y brillante trayectoria), que hoy es editada por el periodista Ignacio González Camus (también con grandes méritos y trayectoria). Para quien desee leer algunas cosas que van más allá de lo cotidiano y contingente, aquí encontrará análisis y reflexión en abundancia y de buena calidad. Más adelante mencionaré otros lugares.

miércoles, julio 13, 2005

EL INSTITUTO PARA EL NUEVO CHILE (INC) Ayer estuve viendo en Santiago un documental que acaba de hacerse sobre esta institución, y mil recuerdos volvieron a mi cabeza. La historia no se ha escrito en detalle todavía. El INC nació en 1976 en el Reino de los Países Bajos (conocido más comunmente como Holanda), en Rotterdam. Fue una iniciativa original de Orlando Letelier, desarrollada y encabezada, después de su asesinato en Washington, por Jorge Arrate (socialista) y Carlos Parra (radical), quienes se convirtieron en Co-directores de la misma. En 1979 fui invitado a trabajar como tercer Co-director. Participaron más chilenos, por supuesto. Luis Jerez, Cecilia Medina, Roberto Celedón, Jorge Tapia y Heber Valenzuela figuran entre los que tuvieron vinculaciones más estables, pero los que participaron en sus actividades son incontables. El INC fue posible gracias a la solidaridad de los holandeses, encabezados por Wim Verkruisen, que lo presidió, y Saskia Stuiveling, que manejó las finanzas, pero secundados por muchos más y, sobre todo, por el parlamento de su país, que año tras año aprobó los recursos para asegurar su existencia. Hasta 1982 el INC funcionó básicamente en Rotterdam, pero a fines de ese año me correspondió iniciar el retorno a Chile de sus miembros, lo que permitió instalarlo, con la discreción necesaria, en una oficina en el centro de Santiago. El INC se caracterizó por una composición política precursora de la Concertación que hoy gobierna Chile. Su actividades fueron ampliamente pluralistas y en su interior reinó siempre un clima de entendimiento. Tanto en Holanda, como en Chile, organizó seminarios, mesas redondas, talleres; apoyó investigaciones y hasta encuestas de opinión pública; tuvo publicaciones. Sin embargo, su actividad de mayor alcance, se manisfestó en ocho Escuelas de Verano, tres de las cuales se realizaron en Rotterdam, cuatro en Mendoza y una en Santiago. No es exagerado decir que por ellas pasaron unas tres mil personas a lo menos. Sería largo enumerar las personalidades que participaron en diversos momentos, pero puedo mencionar destacadamente a Ricardo Lagos, Patricio Aylwin, el Cardenal Silva Henríquez y a la señora Tencha viuda de Allende. Para quienes no conocieron este proyecto de los años 70 y 80, el documental de 44 minutos que ví ayer les dará una idea de lo que fue. Pero, para quienes vivimos esta experiencia por más de diez años, naturalmente que nos dejó gusto a poco. Eso no lo desvirtúa en su calidad, que me pareció muy buena. NOTA AL PIE: El INC no fue la única iniciativa de aquellos años realizada por chilenos viviendo en el extranjero. Hubo muchas en los más diversos lugares y varias de ellas tuvieron relevancia política. En otra ocasión volveré a este tema, porque algo conozco de él.

REACCIONES ESTIMULANTES Estoy contento con la respuesta dada a este sitio. He estado comunicando su existencia por correo electrónico a muchas personas y he recibido una verdadera lluvia de cometarios favorables. Es estimulante la valoración hecha. Recibí también unas críticas a lo escrito por mí sobre "La Venezuela de Hugo Chávez", pero quien las formuló no usó el mecanismo para publicar sus observaciones aquí. Invito a llevar a cabo los diálogos en este lugar, a fin de que vaya dejando de ser un aburrido monólogo mío. Dichas críticas, que valoro, merecen ser discutidas y analizadas. Sólo así este esfuerzo cobrará vida. ¡Adelante, pues!

viernes, julio 08, 2005

DE LA VIOLENCIA A LA NOVIOLENCIA La violencia actual y su franca inhumanidad e inutilidad, como acabamos de verlo en los atentados en Londres, nos mueve a pensar si hay otros caminos para luchar que no sean los de la muerte y el odio. En 1984 publiqué un libro titulado "La no violencia activa: camino para conquistar la democracia", en el marco de una investigación para el Instituto Chileno de Estudios Humanísticos, ICHEH. El tema, de gran utilidad entonces en la lucha contra la dictadura de Pinochet, tiene indudable vigencia universal y hoy, ante tanta violencia, resulta más actual que nunca. El tratamiento de este asunto se inicia siempre con una crítica a la violencia en sus diversas formas y la comprobación de su incapacidad final para alcanzar objetivos políticos, sociales y culturales sólidos y duraderos. Surge así la pregunta arriba insinuada: ¿hay otras formas de lucha que no utilicen la violencia? La respuesta positiva ya existe, ha sido dada en muchas partes del mundo y hoy se practica consecuentemente por una gran variedad de grupos humanos en todo el mundo. En el libro mencionado reseñé algunas raíces cristianas y la acción de algunos líderes claves del siglo XIX y XX, a cuya cabeza figuran el Mahatma Gandhi en la India y Martin Luther King en los Estados Unidos. Pero hay mucho más y hasta la literatura se ha hecho bastante extensa. En Chile veo a la noviolencia activa, en el actual contexto, como el camino de la democracia. Si fue, en definitiva, el principio y el método que la oposición democrática a Pinochet utilizó con éxito para terminar con su largo gobierno, con mucha mayor razón debe ser la vía para desarrollar y consolidar la democracia. Si la alcanzamos sin violencia, debemos consolidarla también sin ella. Solamente el método noviolento genera más democracia, o sea, más participación libremente consentida de todos, ¡que es su corazón mismo, su núcleo central! Por ahora dejo este bosquejo aquí, pero es un tema a no perder de vista y que merece ulteriores ampliaciones y debates.

EL TERRORISMO DE CADA DIA Ahora le tocó a Gran Bretaña. Un día antes, la euforia se había apoderado de ese país y, en particular, de Londres, al ganar la sede de los Juegos Olímpicos del año 2012, ganándole a París y a Madrid, entre otras ciudades postulantes. Al día siguiente, sin embargo, a ese mismo país se le heló la sangre y se paralizó, al sufrir feroces ataques terroristas con bombas que estallaron en cuatro lugares distintos de Londres a la misma hora, causando más de 40 muertos, cientos de heridos y cuantiosos daños materiales. De la alegría se pasó al dolor y al miedo. Adhiero, desde luego, a las condenas, pero considero cada vez más necesario y urgente llevar el debate más allá del simple repudio e intentar reflexionar, aunque ahora sea brevemente, sobre el marco global en que el problema del terrorismo debiera ser abordado con miras a su erradicación. Enunciaré apenas lo esencial: 1.- El combate al terrorismo estará siempre condenado al fracaso si sólo se atacan sus manifestaciones, se ubica a los culpables puntuales, se los juzga y se cumplen las penas impuestas por la ley. No basta. Como prácticamente con todos los males, en este caso hay que hacer esfuerzos mucho mayores y de largo plazo, pues resulta imprescindible atacar no sólo sus efectos, sino también sus causas. 2.- Identificar las raíces profundas (las causas) del terrorismo es el primer paso después del funeral de las victimas y la persecusión de los culpables directos. Aquí se necesita una mirada amplia, alejada de monocausalismos que suelen querer explicar lo que sucede ubicando una sola causa. Hay evidencias de que el terrorismo es un fenómeno complejo y multicausado. 3.- Definir una política antiterrorista que tome en cuenta estos dos elementos constituye una respuesta que hasta ahora no se ha llevado a cabo en el ámbito global. El resultado apuntará, sin duda, a un esfuerzo mucho mayor y considerablemente más caro en lo inmediato, pero, en compensación, el mundo entero sentirá que por fin comienza a caminar en la dirección correcta. Hasta aquí dejo esta primera aproximación a este tema candente y de actualidad.

jueves, julio 07, 2005

CHILE, ¿"PAÍS CORRUPTO"? Hoy leí un titular que preguntaba si Chile era un "país corrupto". Me recordó una reflexión que le hice a una periodista venezolana hace ya ocho años. "No existen países corruptos", le dije. Y le agregué: "Esa forma de expresarse constituye un abuso del lenguaje, que exagera las cosas generalizándolas hasta hacerlas inverosímiles. Lo que existe son países con mayores o menores índices de corrupción, pues siempre hay, en gran cantidad, ciudadanos honrados." Chile no es un país corrupto. Hay corruptos de la misma manera en que hay asesinos (no por ello pasa a ser Chile un "país asesino"). En cualquier caso, aunque los índices de corrupción sean bajos en comparación con otras naciones, nunca se debe cantar victoria, porque siempre habrá que estar luchando contra ese flagelo, para mantenerlo lo más a raya posible. Lo mismo vale, por lo demás, para muchos otros males de los que nadie se libra jamás plenamente.

martes, julio 05, 2005

LA VENEZUELA DE HUGO CHÁVEZ Acabo de estar una semana en la Venezuela de Hugo Chávez, país donde viví casi diez años completos, y me nace hacer algunas consideraciones respecto a lo que allí sucede. Parto advirtiendo que resulta imposible resumir en pocas líneas la situación actual, tan compleja y enigmática en muchos aspectos, porque la historia venezolana, tanto la más próxima, como la más remota, tienen evidentemente la clave, pero obligaría a consideraciones muy largas que aquí no podría hacer en este momento. Quiero, por tanto, dar unas pinceladas solamente: - "Soy consecuencia y no causa" dijo Chávez cuando tomó el poder el 2 de febrero de 1999. Dijo una gran verdad. Su ascenso sólo se explica por la crisis profunda de los partidos políticos tradicionales. Esa crisis perdura seis años y medio después y explican en parte la consolidación de su poder. - Hugo Chávez es un caudillo carismático que tiene muchos enemigos, pero que atrae potentemente a masas de ciudadanos, en especial a los más pobres, entre los que goza de evidente popularidad. Es humanamente cálido y hace esfuerzos enormes por mantenerse en contacto directo con ellos. Con más de seis años en el gobierno hoy controla la situación sin contrapesos visibles. - Una ayuda importantísima han sido los enormes recursos financieros con que ha contado el gobierno para llevar a cabo sus políticas. Provienen, como se sabe, del petróleo y de sus altos precios, que probablemente seguirán altos por largo tiempo. - El rol del Estado en Venezuela es gigantesco y viene de muy lejos. No es un invento de Chávez. Un solo dato: la nómina de funcionarios públicos que tienen los poderes públicos e instituciones del Estado supera el millón y medio en un país de 25 millones de habitantes. - Algunos quieren ver una influencia desmedida de Cuba y de Fidel Castro en Venezuela y en Chávez. Algo hay, pero no hay que engañarse. Conozco bien los dos países y a sus dos actores principales, con quienes he conversado muchas veces en forma extensa. Conozco a muchos actores intermedios y, también, al actor por antonomasia, al pueblo de esas dos apreciadas naciones. Son considerablemente diferentes. Sus coincidencias se dan en aspectos coyunturales y complementarios, pero los separan realidades objetivas que hacen inviable un equiparamiento completo. La economía, la política y la sociedad son diferentes en ambas naciones. Influencia ideológica existe, pero hasta ahora luce todavía más retórica que real, en parte debido a que en Cuba, después de la caída del muro de Berlín y del desplome comunista soviético que siguió casi de inmediato, se diluyó algo el discurso ideológico y la política del Estado se volvió más pragmática. Todo esto requiere más desarrollo, pero ahora lo dejamos hasta aquí. - Las relaciones con Estados Unidos parecen malas, pero, en la práctica siguen siendo intensas. Ambos países se necesitan, lo que se refleja en el amplio comercio que desarrollan. La semana pasada hubo un evento de negocios entre Estados Unidos y Venezuela que fue inaugurado por ministros y clausurado por el propio Chávez. - Debilidades congénitas en el desarrollo venezolano no han podido, hasta ahora, ser erradicadas. Altos índices de corrupción, inseguridad de los ciudadanos frente a una delincuencia muy agresiva, mentalidad rentista que todo lo espera del Estado, son algunas de ellas. - Un frente peligroso para la nación venezolana es el de las relaciones del Gobierno con la Iglesia Católica. Son tensas y a ratos muy tensas. En fin, podría extenderme en cada aspecto largamente, pero eso haría de esta breve reseña un ensayo y esa no es la idea. Sólo quiero concluir que la política venezolana, a pesar de mostrarse crispada, parece estable. Chávez se ve firme en el poder y puede gobernar por mucho tiempo más. Hasta este momento no se ve alternativa alguna a su liderazgo, lo que permite suponer que va a ganar holgadamente las elecciones presidenciales de fines del próximo año.